Ocho meses lleva trabajando para configurar su identidad propia la Asociación de Dislexia y otras Dificultades Específicas del Aprendizaje Dixcr. Se trata de una entidad configurada por familias de la provincia de Ciudad Real y que surge desde la federación regional, que busca dar a mayor proximidad a la relación con estas personas. En total cuenta con 52 integrantes de Ciudad Real, Miguelturra, Bolaños, Puertollano y Alcázar de San Juan que el próximo 8 de noviembre celebrarán un acto público para darse a conocer, a las 18.00 horas en el antiguo Casino. Será su puesta de largo, el inicio de su camino tras meses en los que han trabajado en colegios o centros, dando algo de luz a las dificultades que tiene para aprender un menor con dislexia.

La primera presidenta de la entidad es Susana Loro, quien llegó «por sorpresa» al cargo, tras esa idea de formar en cada provincia una asociación. Su hijo tiene 10 años actualmente y a los ocho, «tras empezar a los siete a sospechar», tuvo el diagnóstico de la dislexia. «Yo llegué directamente a entregar a mi hijo a unas clases de apoyo porque ya llegó un momento en que la relación estaba muy dañada entre él y yo. Yo forzaba la máquina y el pobre no podía seguir el ritmo», comentó Loro, profesora de inglés y pedagoga-terapéutica, lo que muestra las dificultades que hay para conocer si se sufre o no dislexia. De ahí le hicieron las pruebas y se confirmó, algo que se sabe cuando tras descartar problemas del área sensorial, vista y oído, se piensa en el resto de opciones. «En el colegio le hicieron pruebas de atención, memoria e inteligencia, estos niños suelen tener más coeficiente intelectual que la media, y al estar eso bien solo quedaban las pruebas de lectura y escritura, donde se supo».

En esos dos años desde el diagnóstico, Loro recuerda que ha aprendido que es necesario involucrarse mucho «porque no quieres que otros niños pasen por lo que el tuyo. Mi objetivo es que esos niños y familias que pueden pasarlo mal y puedan dejar los estudios precozmente se pueda evitar», indicó la presidenta. «Muchas veces es el desconocimiento tanto de las familias como de los profesores», indicó Loro. En otras situaciones se encuentra el estigma que parece ocurrir cuando se habla de dificultades del aprendizaje.

En los seis meses de desarrollo en la provincia cuentan con psicólogas, profesoras y pedagoga terapéutica de apoyo, se trata de profesionales que permiten informar de los signos, pruebas gratuitas y apoyo de cara al diagnóstico. «Las familias llegan muy tocadas, ves que tiene problemas, que llora, que le cuesta hacer la tarea, sobre todo cuando se trata de leer un libro», recordó Loro, quien expuso que buena parte de la labor actual es formar a profesores y dar educación, mientras se solicita a nivel político un protocolo igual al que ya existe para niños de TDA-H en la Junta de Comunidades y que permite modificar los contenidos o el modo de examinar con base en este diagnóstico. En el caso de la dislexia, por ejemplo, permitiría valorar más la nota hablada que la escrita en inglés. En el futuro se encuentra contar con un local y un psicopedagogo propio que pueda atender a los menores que sean socios.