Un año de calor, con máximas históricas, y con un 70% de la lluvia recogida respecto a la media de las últimas décadas debe dejar en consonancia un empeoramiento de la calidad del aire. Así lo demuestran los datos de la red de vigilancia de la Consejería de Medio Ambiente, al menos para Puertollano, con una ciudad industrial que casi duplica las jornadas con mala o muy mala calidad del aire, con 144 días en los que se sobrepasaron bien los niveles de partículas o de ozono considerados buenos para la salud en 2017. Son 68 más de los que hubo en 2016. Mientras, la capital sigue el camino contrario y reduce estos datos con solo 23 jornadas en los que se superaron los niveles, gracias sobre todo a las lluvias del final de año.