La inquietud por buscar una alternativa educativa para ofrecer a los hijos una «crianza amorosa y respetuosa» llevó a un grupo de padres de Ciudad Real a buscar referencias de otras pedagogías existentes diferentes a las que ofrece el sistema público educativo. De esta forma llegaron al método Waldorf, creado por el filósofo austriaco Rudolf Steiner (1861-1925) y cuyo objetivo máximo es el de «respetar el proceso madurativo de los niños y niñas, y equilibrar y fomentar sus capacidades intelectuales, su sensibilidad artística y su fuerza de voluntad». Esta metodología, de la que en España ya existen 18 centros de Infantil, siete de Primaria y uno de Secundaria y Bachillerato, está reconocida por el Ministerio de Educación y permite cubrir todas las etapas homologadas oficialmente hasta llegar a la Universidad.
Hace unos meses, un grupo de padres promotores de este proyecto en Ciudad Real, encabezados por Pedro Oliver, padre de una niña de cuatro años que va al colegio y de un niño de dos, convocó a más de sesenta personas en una conferencia en la Facultad de Educación en la que el director del primer colegio que se creó en España de esta pedagogía (el de Las Rozas en Madrid), el ciudadrealeño Antonio Malagón Golderos, explicó a los asistentes las claves del método Waldorf.
Tras los primeros pasos, el pasado mes de enero comenzaron a formalizar los trámites para conseguir la creación de un jardín de infancia, la primera etapa educativa con la que quieren iniciar este proyecto, y se constituyeron como Madreselva Asociación Educativa, tras la que se encuentra una veintena de familias interesadas en ofrecer a sus hijos «una educación para la libertad y para la vida».
Pedro Oliver, presidente de dicho colectivo, se muestra sorprendido por la «buena acogida» que dicha iniciativa está consiguiendo en Ciudad Real, donde considera que «hacía falta este tipo de escuela» en la que se da prioridad a la naturaleza y a la formación de otros valores.
De momento, tienen ya unos diez niños ya confirmados para el próximo curso escolar, aunque mantienen abierto el plazo de matrícula. «El objetivo es conseguir unos 15 alumnos, que es una ratio ideal para esta escuela», comenta Oliver, quien explica que la financiación del centro, que no recibe ayudas ni subvenciones de administraciones públicas, dependerá exclusivamente de los padres, «aunque se calcula que la cuota no sea superior a lo que se paga ahora mismo en una guardería privada». También existe la opción de recibir donaciones de otras personas interesadas en participar en este tipo de pedagogía, ya que es otra de los fórmulas de financiación que utilizan en el resto de escuelas distribuidas en 90 países de todos los continentes. (Más información en la ediciónn impresa)