El Centro del Hidrógeno trabaja con el CSIC en un proyecto para obtener gas natural sintético

Diego Rodríguez
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'Renova Gas' se desarrollará entre septiembre de este año y diciembre de 2016, y contará con financiación pública y con la participación de empresas como Gas Natural o Abengoa

Fotografía de archivo de uno de los laboratorios del Centro Nacional del Hidrógeno. - Foto: / WWW.CNH2.ES

El Centro Nacional de Experimentación de Tecnologías de Hidrógeno y Pilas de Combustible (CNH2) podrá participar en el proyecto ‘Renova Gas’, que esta instalación científico técnica singular (ICTS) ya había solicitado, y desde septiembre de este año y diciembre de 2016 se desarrollará en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y varias empresas privadas de la talla de Gas Natural, Abengoa y Enagas, entre otras. Se trata de un proyecto de investigación «muy importante» que tiene como objetivo la obtención de gas natural sintético a partir de dióxido de carbono (CO2) e hidrógeno.

Tal y como explicó a La Tribuna la directora del Centro Nacional del Hidrógeno, Lourdes Rodríguez, ‘Renova Gas’ pretende demostrar que es posible transformar la energía eléctrica excedente de fuentes renovables en hidrógeno para combinarla posteriormente con dióxido de carbono y convertirlo finalmente en metano, que es el gas natural que habitualmente se consume en los hogares. «Será producción de gas natural, pero en lugar de obtenerlo directamente de yacimientos de gas, procederá de CO2 e hidrógeno», señaló la máxima responsable de esta ICTS situada en la ciudad de Puertollano.

Este proyecto no sólo permitirá la generación de gas natural para uso doméstico, sino que también servirá para capturar el dióxido de carbono que emiten muchas industrias y evitar así que estos gases de efecto invernadero acaben en la atmósfera. El hidrógeno y sus tecnologías juegan un «papel fundamental», puesto que se utilizarán para almacenar la energía eléctrica producida a través de fuentes renovables y que no se ha podido consumir.

No en vano, la principal aplicación del hidrógeno es convertirse en una especie de almacén de energía, puesto que el problema de las renovables es que no se pueden almacenar cuando hay excedentes y, por contra, cuando no se dan las condiciones meteorológicas necesarias hay momentos en los que no se produce. Y es ahí donde juegan un papel fundamental las tecnologías del hidrógeno: «Con estas tecnologías tendremos la capacidad de convertir la energía eléctrica en hidrógeno para poder almacenarla y, cuando sea necesario usarla, poder disponer de ella controlando la cantidad de energía que queremos verter en cada momento», tal y como explicó Rodríguez.

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