El terrorismo yihadista y la guerra emprendida por Francia contra el Estado Islámico pueden marcar la campaña electoral de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre, después de que ayer el embajador francés en Madrid, Yves Saing-Geours, lanzara una bomba política que, hasta el momento, el Gobierno español había controlado: la inminente petición de ayuda al Ejecutivo para sumarse a la lucha contra los radicales islámicos.
A menos de un mes para los comicios generales, el Gabinete había mantenido una posición ambigua en la ofensiva militar emprendida por la nación vecina. Los ataques en París resucitaron, en cierta manera, el fantasma del 11-M, el atentado yihadista que en 2004 mató a 191 personas. Aquel ataque fue interpretado por algunos sectores como represalia de los radicales a la participación de España en la guerra de Irak. El apoyo a George Bush por parte del Gobierno de José María Aznar había sido muy contestado en las calles bajo el lema No a la guerra.
Aquellas movilizaciones y la mala gestión de la respuesta a los atentados hundieron en las urnas al PP. Por eso, Rajoy parecía querer evitar ahora cualquier parecido con el pasado. En esta línea, el embajador galo reconoció ser consciente del efecto que pueden causar sus palabras en plena época preelectoral. «Sabemos que el país está en campaña y no debemos entrar en campaña», admitió, subrayando que, precisamente, por el momento político que atraviesa España, El Elíseo no ha pedido ayuda hasta ahora. «No pretendemos presionar a un aliado y no se trata de crear malestar sino de analizar las posibilidades», subrayó. Según explicó, el clima de campaña electoral también es uno de los motivos por los que el presidente francés, François Hollande, no ha incluido a su homólogo en Moncloa, Mariano Rajoy, en su ronda inicial de contactos diplomáticos.
Aunque insistió en que la petición se hará antes de las generales, Saing-Geours no quiso precisar en qué consistirá la colaboración que solicitarán al Ejecutivo, No obstante, resaltó que tratarán de que «no sea polémica» y de «no echar aceite al fuego». De hecho, dejó claro que Francia «no contempla de ninguna manera» enviar tropas terrestres a Siria: «lo descartamos absolutamente».
«No tengo ninguna duda de que el Gobierno español está a nuestro lado», recalcó, aclarando, además, que el Gabinete no les ha pedido tiempo.
Solidaridad y apoyo. Para evitar cualquier polémica tras las palabras del embajador francés, Rajoy garantizó que llevará al Parlamento y «consultará con el resto de fuerzas políticas que quieran colaborar lealmente» cualquier decisión que deba tomar en la lucha contra el terrorismo yihadista. Tras expresar la «solidaridad» del pueblo español primero con Francia y ahora con Bélgica, el jefe del Ejecutivo aseveró que España va a estar, «como siempre, con nuestros aliados en materia de terrorismo» y lo seguirá «combatiendo como hemos hecho siempre». «Desgraciadamente, tenemos una muy mala experiencia en este país, pero algo sabemos hacer, lo hemos hecho y lo seguimos haciendo aquí y fuera de aquí, porque hay muchos soldados españoles dando la batalla en defensa de la seguridad, la libertad y los derechos de los españoles fuera de nuestro país», enfatizó.