La recuperación no llega al comercio: hay más locales vacíos

I. Ballestero
-

El final de la crisis no es tal para el pequeño comercio: las calles de primera categoría tributaria de la capital albergan aún más de un centenar de espacios comerciales sin actividad.

«Cierres metálicos que no se levantan, papeles tapando puertas y ventanas y una elegía de un único verso clavada en el cristal: ‘se alquila’. Alguna variación más contundente, ‘se vende’ o ‘se traspasa’». Así comenzaba hace ahora dos años un reportaje de La Tribuna sobre la situación del pequeño comercio en la capital de la provincia a partir de un termómetro que mide muy bien el estado de salud de un sector que no ha abandonado todavía los síntomas de la crisis: los locales comerciales vacíos en pleno centro de Ciudad Real. Era octubre de 2016 y la recuperación aún alboreaba en las cifras económicas más cercanas, en el paro, en la afiliación y en el consumo, entre otras variables, pero todavía no se había extendido al pequeño comercio, que como el sector inmobiliario parecen los más damnificados por esa recesión que se llevó todo por delante. Aquella toma de temperatura del sector terciario en la capital no mentía, y tres años después de que los vientos de la recuperación hayan levantado la tierra de la crisis hay sectores que siguen cubiertos del polvo que fue. Lo está el sector inmobiliario, que mejora en cotas muy bajas respecto a lo que era en 2007; lo está también el pequeño comercio a juzgar por una realidad: lejos de descender, el número de locales vacíos en el centro de la capital ha aumentado desde aquel octubre de 2016.

El recorrido vuelve a discurrir por las calles de primera categoría tributaria de la capital, aquellas que se pueden subrayar casi por intuición en cualquier callejero de la ciudad y en las que, por poner un ejemplo, la tasa por entrada de vehículos, los vados, es más cara que en otros puntos de Ciudad Real. Entonces, hace dos años, el camino recorrido por este diario contabilizó un total de 770 espacios comerciales en más de medio centenar de las calles mejor ubicadas de la capital provincial, en pleno centro y en la zona del Torreón, dedicada casi en exclusiva en esas calles a la hostelería y al ocio, y había 102 espacios vacíos. El número de locales habilitados para la actividad comercial apenas ha variado, más allá de algún espacio brotado del solar que ahora ocupa una construcción frente a la iglesia de San Pedro o la desaparición de algunos por la demolición de edificios; pero sí lo ha hecho el número de locales vacíos, que ha pasado de los 102 que había entonces a los 114 que hay en la actualidad.

En esa docena más de espacios vacíos se esconden algunas calles que apenas han visto variar su situación en los dos últimos años y otras que han cambiado de cara radicalmente, tanto para bien como para mal, calles que han visto florecer nuevos negocios en sus aceras o que, por el contrario, se han deshojado en los dos últimos otoños.

En el primero de los extremos está la calle Alarcos, por ejemplo, en el espacio considerado de primera categoría tributaria, hasta su cambio de denominación por avenida de Alarcos. Allí las franquicias han ocupado espacios vacíos y de los siete locales comerciales disponibles que tenía hace dos años ahora sólo quedan dos. En el otro lado del espejo, las calles Calatrava y Tinte, ejes comerciales de la capital que han visto empeorar la fotografía que mostraban entonces. De hecho, la primera, en su tramo hasta la plaza Virgen de las Lágrimas, es la calle del centro con mayor número de espacios comerciales en venta o alquiler, hasta diez; la segunda, calle Tinte, ha sufrido una transformación incluso más brutal, y en poco tiempo ha visto cómo se despejaban algunos de los locales tradicionalmente ocupados. Cuenta con nueve espacios vacíos en pleno centro de la capital.

¿Por qué no ha mejorado la situación del pequeño comercio en el centro de Ciudad Real? En buena parte porque la legislación que ha acompañado al sector en los últimos años ha sido más palo en la rueda que viento de cola, y la liberalización de horarios y de las rebajas, por hablar de dos asuntos simplemente, han jugado a favor de las franquicias y grandes marcas comerciales y no del comercio tradicional. Lo decía entonces Lorenzo Serrano, presidente de la Asociación Comercial de Ciudad Real, y lo dice ahora León J. García, el responsable de la sectorial dentro de la patronal ciudadrealeña (Fecir), que reclamaba en estas mismas páginas un plan para rescatar al pequeño comercio que, decía, «está quizá en la situación más crítica de su historia». Un dato refrenda esa apreciación: según las cifras de la Seguridad Social, en los dos últimos años la provincia ha perdido casi 300 autónomos (293) dedicados al comercio. 293 autónomos menos en el sector desde que La Tribuna hizo aquel primer recorrido hasta el recorrido actual. Evidentemente no todos los autónomos que han desistido de su actividad estaban en la capital, pero esa cifra sirve para comprobar que el problema, lejos de ser una cuestión ciudadrealeña, tiene su reflejo en toda la provincia.

hostelería. Dentro de las calles de primera categoría tributaria se encuentran las tres arterias principales del Torreón, la zona de ocio de la capital. Las calles Hidalgos, La Mata y la avenida del Torreón, junto con el paseo Pablo Picasso y la calle Madrilas, concentran el mayor número de bares, pubs y discotecas de la capital. O al menos, lo concentraban, porque en algunas de esas calles hay locales que tienen colgado el cartel de ‘se alquila’, ‘se vende’ o ‘se traspasa’.

Al igual que sucede con el comercio, tampoco la legislación parece haber sido favorable a estos espacios, que se han visto condicionados por las restricciones de la ZAS (Zonas Acústicamente Saturadas), primero, y por la polémica que genera la conjugación del ocio con el descanso de los vecinos, un debate aún sin resolver pese a que lleva meses encima de la mesa. A esas circunstancias se ha añadido el problema del botellón, que inicia ahora una vía judicial que tendrá que dar respuesta a una reclamación muy sostenida en el tiempo por parte del sector, y que sigue sin resolverse.