A los 16 o los 17 años es más normal estar pensado en el próximo concierto o disco del cantante favorito que en cuándo llega el momento de dar una toma o un biberón a un hijo. Es más normal, pero existen casos en la provincia y en la capital que rompen la tendencia de tener el primer hijo en los treinta. Rocío Benítez y María Teresa Torres son dos de estas madres, que cuentan su experiencia cuando han superado la mayoría de edad. Una lo tuvo a los 18 años cuando estudiaba para ser cocinera y la otra cuando tenía 16 años y se preparaba para ser peluquera. Unos estudios que quedan en su currículum mientras aspiran a cumplir sus sueños. «Me mira mucha gente pero a mí también me sorprende quien es mayor y con 50 años tiene un niño», indica María Teresa Torres, cuando se le pregunta por su maternidad y su día a día. Ella parece la hermana de su hija Irene, que tuvo con 16 años.