El Museo del Quijote acogió ayer un adelanto de lo que será Miguel de Cervantes o el deseo de vivir, el libro y la exposición con la que el Instituto Cervantes se estrena en la celebración del IV Centenario de la muerte del autor alcalaino. Su autor, el fotógrafo José Manuel Navia, fue el encargado de acompañar a los asistentes al encuentro por este recorrido «por los lugares dónde vivió el autor».

Organizado por el colectivo Alumbre, el viaje propuesto por Navia, que se abrirá al público el próximo 16 de diciembre en Madrid, se aleja de la visión más historicista, para mostrar, al que esté dispuesto a «mirar», «cómo son hoy los lugares que Cervantes vio y verlo con sus obras en la mano, haciendo un paralelismo entre fotografía y literatura», un binomio por el que el fotógrafo se reconoció «siempre atraído».

A la espera de que el público haga balance de esta obra, Navia explicaba a La Tribuna minutos antes de que comenzará el encuentro que este viaje y lo que ha visto en él «nos demuestra que en la esencia el mundo no ha cambiado tanto», que en el fondo «los grandes anhelos y las pasiones de la humanidad, lo fundamental no ha cambiado tanto».

Ésta no es la primera vez que el fotógrafo madrileño dedica una parte de su obra a Cervantes. Ya lo hizo en 2005, con motivo del IV centenario del Quijote, que le sirvió, dice, para acercarse a esta tierra «de grandes llanuras, mesetas, de paisajes en los que aparentemente no hay nada, pero en donde cada cosa cobra un valor especial». En aquel viaje conoció el profesor de Literatura de la UCLM Joaquín González Cuenca, el mismo que ayer le acompañó en este encuentro. Junto con ellos, en la mesa, en representación de Alumbre, Jesús Monroy y Manuel Toribio, además del concejal de Cultura, José Luis Herrera, que se comprometió en este marco a apoyar iniciativas culturales como ésta, y a incrementar el uso del Museo del Quijote como escenario cultural.