«Nadie se pregunta que hay detrás de los burdeles»

I. G. Villota
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La directora y guionista mantiene un activismo claro en contra de la trata de mujeres: «Prostitutas no hay, hay que ir a buscarlas, a países pobres, con un alto nivel de corrupción, y jugar con un sueño migratorio»

¿Quiénes son los amos de la prostitución?

Son de la prostitución y de la trata, porque en España la prostitución se nutre de la trata, de la pobreza, de la precariedad y de la migración irregular. La cara de una prostituta en España es cada vez más joven. Antes venían niñas de 17 y ahora vienen de 15, antes venían mujeres de 22 y ahora de 18. Son mujeres que vienen buscando una oportunidad y son captadas por los grandes burdeles y luego van a las calles, a las rotondas y a los pisos. 

Es importante hablar de los amos porque siempre que hablamos de prostitución lo hacemos de las víctimas pero, ¿quién es el victimario? Ellos trabajan con total impunidad porque son absolutamente anónimos. Trabajan impunemente desde el anonimato. 

¿Por qué esa impunidad?

Porque este es el segundo negocio ilícito que más dinero genera en el mundo, por delante del narcotráfico, y solo por detrás del tráfico de armas. Ellos pueden comprar los mejores abogados, notarios, directores de banco, médicos… y es muy importante señalarlos porque nunca están en el debate de la prostitución. Solo están las mujeres y se las cuestiona, estigmatiza, se las machaca, con la idea de ‘sabían a lo que venían’, todo con el morbo de sus cuerpos desnudos y no con la desnudez de sus derechos. Por eso es importantísimo poner en el debate de la prostitución a los malos, a los verdugos, a los proxenetas. 

No son más de una veintena de hombres españoles que hicieron la transición entre la prostitución en manos de chulos y macarras a la trata de seres humanos. Son los dueños de macroburdeles en las carreteras, esos que normalizamos. Y es que la prostitución se legitima porque es de siempre, de toda la vida. Esos hombres son los que fueron a los países de origen a captar, tienen en nómina a los mejores abogados porque ellos no necesitan conocer la ley, sino adelantarse a la ley. 

Crearon una Asociación Nacional de Clubes de Alterne. 

Sí, tuvieron la desfachatez de crear la patronal de los proxenetas en 2001. Convencieron a toda la ciudadanía de que eran maravillosos, casi buenos samaritanos, porque lo que querían era regularizar la prostitución para que las mujeres estuvieran bien atendidas y los feos y los discapacitados pudiesen tener sexo. Pero lo único que querían eran legalizarla para que ocurriera lo que en Holanda o Alemania, para traer cuerpos gratis, baratos, de obra, para sus puticlubs. Mujeres no hay, hay que ir a buscarlas, a países pobres, con un alto nivel de corrupción, donde pueden ser engañadas,  o no. Porque les puedes decir: ‘Ven a ejercer la prostitución a España’. La mayoría de ellas no lo han hecho antes pero juegan con que tienen que dar de comer a sus hijos. Ellas piensan: voy a España, me arreglan los papeles… es un sueño migratorio. 

Estrenas el día 20 el documental ‘El proxeneta’, basado en tu libro del mismo título y protagonizado por el testimonio de un proxeneta. ¿Qué cuenta? ¿Cómo nos va a cambiar?

Hay un antes y un después de este libro. Mucha gente que pensaba que la regulación de la prostitución era una salida para que las mujeres no fuesen víctimas de trata, se han dado cuenta de que no es así viendo los casos de Holanda y Alemania. 

Este libro habla de la trastienda, del negocio, de cómo se blanquea el dinero, como las terminales tpv de los puticlubs se llevan un porcentaje…

Estos son hombres normales, como los que consumen sexo de pago, no llevan fluorescentes diciendo ‘Soy proxeneta’ o ‘soy putero’, incluso te podrían coger la bolsa de la compra y ayudarte a subir a casa. Son hombres con los que convivimos y que han montado este negocio porque está permitido. 

¿Qué hacen los gobiernos?

Nada. Ocurre porque no hay voluntad política. En Galicia se han desarticulado redes que tenían explotadas a niñas y esos clubes no se cierran. Estamos en un mundo con una brecha social cada vez más grande entre ricos y pobres y estamos diciendo a las niñas que la salida es el mundo de la prostitución. Si tú no tienes estudios, no tienes familia, eres pobre, no tienes sustento, no tienes nada,  siempre tienes la prostitución. También lanzamos a los niños el mensaje de ‘por más pobre que seas siempre puedes comprar el cuerpo de una mujer’. 

Yo viajo a países muy pobres y te das cuenta de que esas personas venderían sus riñones para dar de comer a sus hijos y es que yo lo haría. Yo vendería mis riñones y lo que hiciera falta. Pero no pueden, porque para eso están los derechos humanos. ¿Entonces qué pasa con las mujeres?

La trata es una de las mayores vulneraciones de los derechos humanos.

¿Cómo se sale de ese mundo?

Esa es una de las grandes preguntas. ¿Cómo dotamos de derechos a las que quieren salir? ¿Qué oportunidades les damos? Ahora mismo no hay una salida del bucle de la explotación. 

En el movimiento feminista hay dudas sobre la regulación y la abolición de la prostitución. ¿Por qué?

El movimiento feminista está muy encontrado en los vientres de alquiler y en la trata. Ambas cosas son explotación, deshumanización, mercantilización y cosificación de la mujer. Ambos son dos negocios que te mueres. Generan muchísimo dinero. Hay muchos lobbies. 

Respecto a la trata hay mucha desinformación. Todo el mundo aboga por los derechos civiles pero por delante están los derechos humanos, sobre todo porque estamos viendo el caso de Alemania y Holanda donde no está funcionando y la propia administración reconoce que se ha equivocado. Allí las mujeres pueden darse de alta en la seguridad social pero lo ha hecho menos de un 2% pero no pueden porque se endeudan y el sistema es perverso.

Yo tengo un amigo fiscal de Extranjería y dice que cuando cualquier de mis compañeros o compañeras decidan dejar su trabajo e irse a un burdel a trabajar de puto o de puta, creeré en la voluntariedad. Yo no veo voluntariedad, en ningún caso, sino consentimiento, porque son pobres, porque no tienen herramientas…

¿Cómo trabajan esos lobbies?

El proxeneta con el que grabé la película lo explica. Me decía que ellos, que generan entre ocho y diez millones de euros todos los días, en dinero B, invierten en marketing de su negocio. Por eso cuando yo entro en una red social y pongo un post sobre la trata, entran 200 o 300 hombres a insultarme. Me llaman feminazi y de todo… Ellos defienden su negocio desde el anonimato que les produce total impunidad. 

Hace unos días tuviste un problema así. Te dijeron que eras católica y de derechas.

Sí, y le pedí al señor en cuestión que siguiera probando, porque no una cosa ni la otra, aunque podría serlo. Con el tema de la trata y la prostitución todo se lleva a la moral y eso no es así. Esto es un delito. Si tú me matas, se te juzga y vas a la cárcel. Con la trata no ocurre. Pero la trata está en el Código Penal y es un delito. 

¿Por qué con otros tipo de violencia de género sí estamos sensibilizados y con este no?

Porque la trata y la prostitución no somos nosotras, son migrantes, y porque el 40 por ciento de los hombres españoles son consumidores de sexo de pago. Sería maravilloso que el 60 por ciento restante fueran agentes activos. Cambiaría todo completamente. 

¿Qué es lo que más te impactó del testimonio del proxeneta?

Todo. Una persona que es capaz de traer en total 1.700 mujeres, muchas de ellas menores, niñas que morían de sobredosis en los clubes y las tiraban en las cunetas para que viniesen los servicios de emergencias a buscarlas.  Este hombre lleva pistola, estamos hablando de mafia, de crimen organizado, y yo soy una humanista, justo lo contrario. 

En CLM se acaba de aprobar una nueva ley de violencia de género. 

Me sentí orgullosa de ser castellano-manchega. Estamos a la vanguardia. Cuando hablamos de igualdad, hablamos de algo que nos importa a todos. 

¿Dónde hay que abundar?

En educación. Y es que los chicos consumen porno siendo cada vez más jóvenes. Se educan en relaciones sexuales a través del porno y eso reproduce relaciones machistas y violentas. En España no se habla de sexualidad en casa. 

¿Los jóvenes consumen sexo de pago?

Sí, por el consumo de la pornografía. Estamos en el siglo de la inmediatez y quieren el sexo ahora. Además la prostitución es muy barata, en dinero y en el ámbito afectivo. Esa mujer no te va a llamar al día siguiente. Además ellos pagan por sumisión y dominación y no por sexo. 

Orgullosa de ser castellano-manchega, pero el proxeneta de tu documental y tu libro tenía todos sus clubes en Valdepeñas. 

Sí, y en Cuenca tenemos la carretera del amor plagada de lugares para tener sexo. Estamos muy acostumbrados a que en nuestras carreteras haya burdeles, pero nadie se pregunta qué hay detrás, eso es lo grave.