El Gobierno central anunció el lunes que el plan PIVE 8 para la ayuda a la adquisición de vehículos que iba a finalizar en el mes de diciembre se prorrogará hasta julio del año próximo porque en sus arcas aún se dispone de 100 millones de euros de los 275 que estaban presupuestados para ayudas. Una medida que ha sido muy bien acogida por los profesionales del sector de la automoción, que valoran el efecto 'motor' que tiene dicho plan estatal sobre la venta de turismos en todo el territorio nacional.

En este sentido, los concesionarios de la provincia de Ciudad Real no son ajenos a esta realidad y el delegado de la patronal Ganvam en Castilla-La Mancha, Dionisio Grande, aseguró ayer a este diario que han acogido con satisfacción la decisión de prorrogar el PIVE -un modelo de ayudas que se puso en marcha en octubre de 2012- después de mucho tiempo «luchando» para que no se terminase en diciembre. Asimismo, Grande reconoció que el PIVE ha sido fundamental para estimular a los consumidores a la hora de adquirir un nuevo vehículo, al tiempo que comentó que desde su puesta en marcha «ha sido un aliciente añadido para fomentar las ventas».

Además de como responsable de Ganvam, Grande aportó su visión como propietario de un concesario y subrayó que de la mano de este plan los negocios de todo el país «suman dos años consecutivos, un total de 24 meses, de mejora en las ventas». Aunque reconoció que se partía desde unas cifras muy bajas con motivo de la crisis, incidió en que el PIVE ha conseguido que se mantenga una tendencia estable «de crecimiento» en el mercado.

Grande no aventuró lo que puede dar de sí 2016, pero destacó que la continuidad de las ayudas es muy necesaria, ya que el sector no tendrá que encarar el inicio del año con el «hándicap» que hubiese supuesto no contar con las mismas. Así, dijo que «sin el PIVE, las previsiones hubieran sido muy distintas».