La Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer) celebró ayer un acto en la plaza Mayor para mostrar su rechazo a la violencia de género y hacer un llamamiento a una sociedad que no debe mirar para otro lado. «No pueden seguir muriendo mujeres a manos de sus maltratadores y quedando niños huérfanos», remarcó su presidenta nacional, Carmen Quintanilla, apostando por una educación en igualdad basada en la «libertad» y el «respeto». «Los celos no tienen cabida en una relación de amor», aseguró dejando claro que, en pleno siglo XXI, «no se puede consentir que los adolescentes repitan estereotipos y comportamientos machistas». Y lo hizo tras referirse a un estudio de investigación realizado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU), que refleja que «nueve de cada diez manifiesta haber ejercido algún tipo de violencia psicológica sobre su pareja».

«No puede existir ni la posesión ni el control de aquella persona a la que dices amar», incidió Quintanilla volviendo a abogar por la «libertad» y el «respeto» en las relaciones humanas sin obviar el «diálogo». «Todavía a muchas mujeres les importa el qué dirán», lamentó Quintanilla acerca del «silencio» que sigue rodeando a la violencia de género en el medio rural. «No podemos hablar de pueblos con futuro sin contar con ellas», apostilló en un destierro a esta lacra social.

Un centenar de alumnos de los colegios Dulcinea del Toboso y Hermano Gárate se dieron cita en el corazón de Ciudad Real para alzar su voz contra los malos tratos en un manifiesto que hizo hincapié en su sinsentido. «Han sido asesinadas casi 50 mujeres este año», lamentó Sara sobre una realidad que «se da en todos los lugares» y que «cada vez comienza antes». «Queremos lanzar un mensaje de esperanza y confianza», apostilló Nacho en el marco del Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer que se celebra hoy. Porque, según señaló otra joven, «se puede empezar de cero lejos del pasado». «Nadie es menos que nadie», según concluyó.