Rodeada de buenos amigos, unos 80, y a puerta cerrada, la artista Eva Serrano presentó ayer su exposición La paloma del Guridi en un homenaje a su padre, fallecido en octubre a causa de un cáncer. En este sentido, la muestra, que le ha servido de catarsis emocional, según confiesa, le abre a «una nueva etapa» en la que ha mezclado texturas, fotografía y dibujo en un total de once piezas llenas de simbología. Y es que quien contemple sus ilustraciones podrá crear su propia historia porque, en palabras de su autora, «son ventanas a la imaginación».
En la exposición se pueden ver las manos de su padre y de su abuela sujetando el tiempo en forma de reloj de arena; pero también al holandés errante, un barco fantasma que, según la tradición, no pudo volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo; y la portada de Medio sueño de cartón, un libro que Eva Serrano lanzó en mayo y que reúne sus fotografías, trabajos de manipulación, poemas, reflexiones y pequeños textos, que son fruto de su empeño por hacer de papel todo cuanto ha creado.
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