La iglesia ortodoxa de Alcázar, un poco más cerca

Ana Pobes
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La comunidad ortodoxa rumana confía en poder construir su iglesia en Alcázar en un futuro próximo y pide al Consistorio celeridad en los trámites administrativos tras haber solicitado hace unas semanas la licencia de obra

La comunidad ortodoxa rumana confía en poder construir su iglesia en Alcázar de San Juan en un futuro próximo y pide al Consistorio celeridad en los trámites administrativos tras haber solicitado hace unas semanas la licencia de obra para convertir en realidad un proyecto en el que llevan trabajando al menos tres años, cuando en 2015 se puso la primera piedra con el popular Diego Ortega al frente del Consistorio alcazareño. Aunque la iniciativa se remonta a mucho tiempo atrás, pues ya en 2009, el alcalde del municipio por aquel entonces, José Fernando Sánchez Bódalo, firmó un acuerdo con el obispo rumano de la Iglesia Ortodoxa en España y Portugal, Timotei Lauran, para la cesión de los terrenos, ubicados en la calle Piédrola, en el paraje de la Serna. El párroco ortodoxo rumano, Ioan Mihai Archim, comenta -en declaraciones a La Tribuna- la intención de la comunidad de construir la iglesia en la localidad con un centro parroquial destinado tanto a actividades religiosas como sociales, pero «aún no podemos hablar de construcción hasta que no se finalicen los trámites necesarios y legales para su puesta en marcha». De momento, y pendiente de la resolución de estos trámites, no hay ninguna fecha marcada en el calendario como clave para el inicio de las obras, ya que «acabamos de iniciar los trámites y no sabemos el tiempo que supondrá su resolución, en cierta parte también depende de las autoridades locales». Se trata, continuó diciendo, de una obra de envergadura que conlleva una importante inversión para la que la comunidad ha buscado financiación a través de la recaudación de donativos y ayudas de sus fieles con los que tiene previsto sufragar su construcción. En marzo del año 2015 se puso la primera piedra, y «desde entonces el proyecto ha estado parado», principalmente, señala Mihai Archim, por el proceso burocrático y la búsqueda de fondos. Un proyecto «muy necesario», insiste, en la comarca y en Alcázar de San Juan, donde la comunidad rumana, que se identifica con la iglesia ortodoxa,  es «muy numerosa» y llega a superar los más de mil rumanos solo en la localidad alcazareña, por lo que «cubrirá la necesidad religiosa de toda la comunidad de la zona». En el 2003 se preveía que la futura iglesia daría servicio a unos 20.000 rumanos que vivían entonces en la comarca. (Más información en la edición impresa)