Faltaban 16 minutos para que dieran las nueve de la mañana en Nueva York de aquel martes 11 de septiembre de 2001 cuando un avión sembró el caos en la Gran Manzana al estrellarse contra la Torre Norte del World Trade Center. Sin tiempo para asumir el impacto, a las 09,02 horas, una segunda nave hizo lo propio contra su gemela.

Así comenzó el mayor atentado yihadista cometido en Occidente, en el que murieron 3.016 personas, entre ellas los 19 terroristas encargados de los ataques, que se ampliaron al edificio del Pentágono y a un fallido intento por alcanzar el Capitolio de Washington. 

Al Qaeda fue la culpable de aquel 11-S, la primera ofensiva a gran escala cometida en una gran potencia mundial por los islamistas radicales y la más mortal llevada a cabo hasta la fecha.