Sin miedo a las alturas

Alemoy
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El Yugo Socuéllamos roza un partido perfecto ante el Mensajero, con goles de Kike Domínguez y de Calle, y se mantiene en zona de play off a sólo dos jornadas del final de la Liga

Si alguien dudaba del Yugo UD Socuéllamos, si pensaba que al equipo le entraría el ‘mal de altura’, todas las dudas quedaron disipadas después del partido que el conjunto blanquiazul despachó con el CD Mensajero: lección de solvencia, control y eficacia ante un rival que, pese a lo mucho que se jugaba en el envite, no demostró sus urgencias sobre el terreno de juego, superado por un Yugo UDS que va como un tiro, encadenando su cuarta victoria y dejando nuevamente a cero su portería en el Paquito Giménez.

Es el quinto partido seguido en casa que los rivales no marcan a un Socuéllamos que se sabe al dedillo la lección, al que le da igual los cambios en el once inicial, como sucedió ayer con la baja de Diego Rivas por un Chato que hizo olvidar al ‘toro blanco’, con Jacinto de nuevo en el once inicial acompañando a un imperial Álvaro Pérez, un jugador que sigue creciendo y al que le auguramos un futuro prometedor en categorías superiores; o con Kike Domínguez, otro jugador en estado de gracia que llevó por ‘la calle de la amargura’ a sus marcadores, y que volvió a ver puerta, adelantando en el marcador a su equipo con un remate con escorzo y con su pierna derecha tras un centro al segundo palo desde la banda contraria.

El gol hizo justicia al mejor juego de un Yugo UDS que pudo ampliar su ventaja antes del descanso por medio de Jacinto. El central remataba de cabeza completamente solo en el área, pero cruzó en exceso el balón al palo contrario de Ione cuando medio campo cantaba gol.

Del Mensajero no tuvimos noticias en ataque en los primeros 45 minutos. Se preveía un equipo más agresivo, conocedor de lo mucho que se jugaba, y que, pese a tener estudiado a su rival, se vio superado por un Socuéllamos que caía en la clasificación por la victoria del Toledo el día de antes, pero que no se vio superado por la presión de tener que ganar. Además, se vieron los mejores minutos de los blanquiazules en el césped desde hace varias jornadas, con toque, presión, recuperación en el centro del campo y llegadas al área. Con un Álvaro Garrido eléctrico, con desborde en banda, y con Kike y Zurdo haciendo de las suyas por la izquierda.

Tras el descanso, la decoración cambió parcialmente. El equipo de García Cosín dio la impresión de salir con una marcha más lenta y el Mensajero empezó a crecer. Los insulares, aunque no miraron la portería de un Facundo que volvió a mostrarse solvente bajo palos, resolviendo sin complicaciones las acciones de ataque del rival, enlazaban más pases que en los primeros 45 minutos y apretaron a un Yugo que se encogió demasiado.

Todo fue un espejismo e incluso nos atrevemos a pronosticar que una ‘treta’ de los locales  para que los rojillos se lo creyesen. En la primera oportunidad de peligro, Calle forzó un penalti discutido por los rivales pero señalado por el árbitro tras ser derribado por Moreno, que además vio la amarilla. El ‘hijo del gol’ no falló desde los once metros (2-0).

A partir de ahí, hasta el final del partido se vieron muy buenos momentos de juego por parte de un Socuéllamos lanzado y que además se veía favorecido por los resultados de los rivales para alcanzar la tercera posición en la tabla. Jugadas elaboradas por ambas bandas, con Carlos García y Álvaro Garrido imitando a Zurdo y Kike por el otro lado del campo, con un Calle que de nuevo dio un recital de controles de balón, dejadas, ayudas y participando activamente en las jugadas de ataque; con Jesús García y Chato mandando en el centro; y con Álvaro Pérez y Jacinto sin dejarse sorprender en defensa. Además, el recital se completó con la incorporación de Salva, que volvía tras su lesión y que puede ser una pieza fundamental para los azules de aquí al final de temporada… Todo redondo para un Yugo que va en serio y que ha demostrado que su ambición no tiene techo. El sábado, viaje a Getafe, con una invasión de aficionados blanquiazules que puede superar lo de Linares. El equipo lo merece, la ocasión aún más, y lo que se juega el equipo y el club está fuera de toda duda. Toca responder porque la oportunidad es histórica.