Los trabajadores de Mecánicas Mainser, de Tomelloso, secundan hoy su tercera jornada de huelga indefinida. Su empresa les debe tres nóminas y media (la mitad de septiembre, octubre, noviembre y diciembre) y las tres últimas pagas extra. Además, el pasado 31 de diciembre expiró un expediente de regulación de empleo temporal de 180 días para 21 trabajadores (en total son 27) que en la práctica apenas se ha aplicado para «cuatro o cinco», según CCOO, por lo que la mayoría no ingresa dinero desde hace más de tres meses. Ni trabajo, ni paro, ni visos de cambio para una compañía asfixiada por las deudas propias y las ajenas, una carga de trabajo desplomada y una plantilla que reclama al menos las cartas de despido para percibir las prestaciones por desempleo mientras se buscan otra ocupación.
Mecánicas Mainser, con sede en el polígono industrial El Bombo, lleva más de veinte años en el negocio del diseño, fabricación e instalación de equipos para la depuración de aguas potables, residuales e industriales, osmosis inversa y desalación. « Durante sus primeros 15 años en el mercado se ha afianzado como empresa líder en el ramo de la depuración, y su trabajo avala el haber participado en obras por toda la geografía española, así como algunas intervenciones en el extranjero», señala la propia firma en su web corporativa.
Pero la crisis del sector ha pasado factura en los últimos años a una compañía nada conflictiva hasta entonces: «Nunca hubo problemas con ella, salvo algún caso puntual, y ha respetado siempre los acuerdos de convenio», reconocía ayer a La Tribuna David Vera, secretario provincial de la Federación de Industria de CCOO. Claro que todo cambia cuando a cada trabajador se le adeudan alrededor de 6.000 euros. «Un oficial de primera, por ejemplo, gana en Mainser entre 1.100 y 1.200 euros, así que multiplica», precisó Vera. Y todo ello, «sin diálogo ni propuestas de pago ni nada, absolutamente nada», añadió el responsable comarcal de Industria de CCOO, Agustín Alberca. La huelga indefinida cumple hoy su tercera jornada y de momento no hay reacción en una empresa que también sufre los impagos de sus clientes, «30.000 ó 40.000 euros, según dijo en el acto de mediación» celebrado el 2 de enero y, evidentemente, cerrado sin acuerdo.
Los trabajadores permanecen entretanto en su particular limbo laboral: sin cobrar de su empresa, sin paro pese a haber generado de sobra derecho a prestaciones y sin opción de buscarse otro empleo mientras Mainser no les «libere». Pero la empresa «ni liquida, ni cierra ni despide», sentencia Alberca.
«Hay gente joven con hipotecas que en algunos casos pronto dejarán de poder pagarse y gente no tan joven con sus propios problemas», sentencia el responsable comarcal de Industria de CCOO, quien reclama al menos un ERE extintivo que saque a estos trabajadores de la indigencia laboral.