Detenido un prófugo tras agredir a dos agentes y ocultarse en el hospital

Francisco J. Rodríguez/ Toledo
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Un detenido en una operación por robos en la comarca de Torrijos se escapa en las Urgencias de Toledo, protagoniza una huida con disparos de los agentes y es arrestado tras dos horas escondido en el interior del hospital

El Hospital Virgen de la Salud de Toledo fue ayer escenario de una fuga digna de película, disparos incluidos. Uno de los detenidos en una operación de la Guardia Civil por robos en la comarca de Torrijos (Toledo), conocido como ‘Rafita’, aunque sin vinculación con el asesino de Sandra Palo, como algunos medios apuntaron en un primer momento, protagonizó una huida que se prolongó durante dos horas y cuarto hasta su detención en la quinta planta del hospital, en un cuarto de baño de la zona de Cirugía Neonatal.

Su intento de evasión se inició antes de las 17 horas. El detenido solicitó en dependencias del calabozo de la Comandancia situada en la avenida de Barber asistencia sanitaria alegando no encontrarse en buenas condiciones.

El protocolo en este tipo de situaciones dictamina el traslado al servicio de Urgencias más cercano, y el detenido fue evacuado al Virgen de la Salud con una escolta de dos agentes.

Ya en el Hospital, y nada más retirarle los grilletes arremetió contra los guardias, iniciando una frenética huida en dirección a la avenida de Barber en la que llegó a perder una zapatilla. Ya en el exterior del centro sanitario, cuando dos agentes intentaron su arresto, y según han confirmado a La Tribuna fuentes del departamento de prensa de la Comandancia de Toledo, «uno de los agentes tuvo que efectuar dos detonaciones intimidatorias debido a que el detenido ha tratado de agredirles».

La hora del suceso, sumado a la cantidad de gente y testigos que había en la zona, provocaron que los vídeos de los disparos comenzaran a inundar los móviles y las redes sociales. Cundía la alarma en la zona.

Pasadas las seis de la tarde el Hospital se convirtió en un auténtico fortín. El preso había vuelto sobre sus pasos y se encontraba en el interior del enorme edificio, rodeado de civiles.

Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local coordinaron un dispositivo para cerrar todas las salidas, tratando de alertar lo mínimo a la población pero con la consigna que el prófugo era un individuo «muy peligroso».

El centro de mando se situó en las dependencias de seguridad cercanas a la capilla del centro. El operativo se centraba en visionar los vídeos de las cámaras de seguridad del edificio para tratar de seguir los pasos del sujeto e intentar hallar su escondite.

Las horas pasaban y, justo cuando se estudiaba la posibilidad de traer perros de rastreo y registrar palmo a palmo el hospital, saltó la alarma en los walkie talkie de los agentes.

En un primer momento la persecución tuvo como destino el salón de actos del hospital, en la planta baja, pero rápidamente la señal definitiva llegaba de nuevo por radio: «¡Está en la quinta planta!».

Una decena de agentes de los tres cuerpos, apoyados por los agentes de seguridad privada del hospital, habían encontrado al huido en un cuarto de baño de la quinta planta, en la zona de Cirugía Neonatal.

‘Rafita’ se había cambiado de ropa, vestía un pijama del hospital e incluso había llegado a afeitarse su barba de varios días. Estaba tratando de escapar por el falso techo del cuarto de baño y se resistió a la detención.

El WC terminó destrozado. Los agentes tuvieron que emplease a fondo para engrilletar de manos y pies al sujeto, que no paró de vociferar y quejarse en toda la detención.

Eran las 19:15 horas y, por fin, se ponía fin a una huida que tuvo dos horas en jaque a los cuerpos y fuerzas de seguridad de Estado, pero que finalmente se saldó con la detención del Rafita y su posterior traslado al calabozo de la Comandancia de Guardia Civil.