El candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se comprometió ayer en su discurso de investidura a liderar «algo parecido a una transición» en la Comunidad, un cambio tranquilo, con constantes llamadas al diálogo «entre todos, sin complejos, sin prejuicios y sin cordones sanitarios».

En una intervención de una hora y cuarto, desgranó las medidas pactadas con Cs, socio del futuro Gobierno -al que no citó-, y dedicó gran parte de su alocución a las iniciativas de regeneración democrática y transparencia, tras más de 36 años del PSOE en el poder.

Mientras, miles de personas protestaron frente al Parlamento autonómico en defensa de los derechos de las mujeres, uno de los temas más polémicos de las negociaciones entre el PP y Vox, que al igual que Cs criticaron el apoyo del PSOE a estas protestas, fletando autobuses con parte de los manifestantes. Los populares denunciaron el «escrache» y Moreno acusó a los socialistas de no respetar el resultado del pasado 2 de diciembre.

En su discurso en la Cámara, el candidato conservador apeló al diálogo «sin cordones sanitarios», en alusión a Vox, cuyos votos le permitirán ser presidente, al tiempo que pidió que no se tenga miedo a la nueva etapa: «La democracia es cambio y nadie puede tenerle miedo a la democracia».

En materia de lucha contra la corrupción, prometió que gobernará con «el discurso de la decencia y el comportamiento de la rectitud» y consideró que «es preciso luchar contra los corruptos desde el interior de las instituciones». «Me propongo que en el interior de San Telmo haya tanta luz como en la fachada», aseveró el conservador, quien clamó: «Vamos a abrir las ventanas y levantar las alfombras».

Estas palabras no gustaron a los socialistas, que las tomaron como una amenaza. Así, el portavoz del PSOE-A, Mario Jiménez, consideró «muy flojo» el discurso, lo que achacó a la «actitud rencorosa» de Moreno, que le hace «incapaz de construir en positivo».