«Puede ser inconveniente tomar el déficit como algo ultrarreligioso»

Luis J. Gómez / Toledo
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El catedrático en Economía y presidente del Consejo Social de la UCLM, Emilio Ontiveros señala que «Castilla-La Mancha debe tener claro que la facilidad para la actividad empresarial no tiene que ser menor que la que ofrezca Madrid»

Emilio Ontiveros es un economista con denominación de origen La Mancha que tiene web propia, entrada en wikipedia y que puede decir que ha escrito o colaborado en cuarenta libros. Natural de Ciudad Real, es el presidente de Analistas Financieros Internacionales y desde este curso preside el Consejo Social de la Universidad regional. Lo mismo le toca analizar la evolución del crecimiento de la economía china, como las necesidades de formación del capital humano de Castilla-La Mancha.

En la calle da la impresión de que el país sigue adelante aunque no haya gobierno a la vista, ¿qué consecuencias económicas tiene el panorama político actual?

Es verdad que por el momento no ha tenido ningún efecto visible el impacto de la situación de interinidad de política que vivimos en el país. Desde luego, que no lo ha tenido en las variables financieras, en la cotización de la deuda pública, las cotizaciones bursátiles, los tipos de interés... Es verdad que no se percibe en la medida que estamos integrados en la eurozona y el Banco Central Europeo está actuando como salvaguarda de la inestabilidad financiera. Es previsible que si la interinidad política se prolongara, algunos proyectos de inversión podrían quedar mediatizados o condicionados. Por el momento es un síntoma de cierta madurez institucional el hecho de que no haya habido alteraciones bruscas en los indicadores económicos.

Entonces, ¿una segunda convocatoria la podemos aguantar?

Sí, sobre todo si efectivamente tras esta segunda convocatoria se concreta en mayor medida una voluntad de acuerdo. Lo que es necesario en algunos ámbitos es que haya un gobierno, por ejemplo en las finanzas públicas. No hay que olvidar que España está en una situación ahora mismo de amenaza por parte de la Unión Europea, dado el incumplimiento del déficit público y sería bueno que hubiera un gobierno definitivo, cuya primera tarea fuera la de enviar al ministro de Hacienda a Bruselas con el propósito de negociar una prórroga y arbitrar soluciones como consecuencia del déficit desviado.

¿Se está mitificando el déficit? ¿Es tan importante para España cumplirlo o que se relaje para las comunidades autónomas?¿Influye tanto en la economía?

Sí influye. Sobre todo hay que tener en cuenta que España está integrada en la eurozona y hay una serie de reglas que hay que tratar de cumplir. España no es el único país que está incumpliendo la regla de déficit público (Francia o Italia también tienen desviaciones significativas). Lo importante es acordar con Bruselas una convergencia hacia el objetivo de déficit, pero es verdad que la interpretación excesivamente rigurosa del déficit en un contexto en el que los daños de la crisis han sido grandes, no sería razonable. Asumir como si fuera un concepto ultrarreligioso el objetivo de déficit puede ser incluso un inconveniente. Hemos visto que determinadas políticas de austeridad han perjudicado en mayor medida que favorecido a la gestión de la crisis. A largo plazo hay que cumplir con los objetivos de déficit y deuda, pero ahora es el momento de negociar una senda más holgada, menos rigurosa, más flexible. El conjunto de la economía española resistiría con dificultades un ajuste excesivo.

En Castilla-La Mancha se acaban de aprobar unos Presupuestos  con una previsión de crecimiento este año del 2,9%. ¿Es realista esta previsión? ¿Se podría superar o hay riesgo de quedar por debajo?

La economía de Castilla-La Mancha depende mucho de lo que haga la economía española y la economía española ha visto revisada a la baja sus previsiones de crecimiento hasta un entorno del 2,7%. Aunque el potencial de crecimiento de Castilla-La Mancha sea algo superior, no debemos olvidar que el año pasado la región ha crecido prácticamente lo mismo que la economía española. El entorno internacional, el de las economías de la eurozona y mundial, afronta una fase de mayor debilidad, aunque no muy acusada. De hecho, el Fondo Monetario Internacional ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para el conjunto del mundo. En ese contexto, creo que no es conveniente llevar a cabo políticas de ajuste presupuestario demasiado restrictivas.

Uno de los indicadores que ha dado buenas cifras, incluso en crisis, ha sido el de las exportaciones, donde año a año se siguen batiendo récords. ¿Cree que tocaremos techo o hay margen para seguir creciendo?

Creo que en la medida en que la competitividad se mantenga y las empresas sigan manteniendo el esfuerzo que se ha hecho durante la crisis por ajustar su oferta a la demanda internacional, puede haber todavía un cierto recorrido. Es verdad que ahora las economías clientes, como las de la eurozona, América latina o las asiáticas, tienen un pulso menor. Por lo tanto, incrementar las exportaciones en 2016, en un contexto internacional de algo menos de expansión es un empeño algo más difícil que el del año pasado, pero qué duda cabe que hay que reconocer ese buen comportamiento de las exportaciones de Castilla-La Mancha. Habría que empeñarse ya no solo en incrementar las exportaciones, sino en defender la mayor cuota de mercado que se ha conseguido.

En el Plan Estratégico de la Pyme que usted presentó en el Congreso regional de la patronal Cecam en febrero, lanzó la propuesta de convertir a la región en un laboratorio de la digitalización, al igual que han hecho regiones danesas en las que ya ni se paga en efectivo. ¿Ha habido respuesta de la administración o las empresas para llevar a cabo algo parecido?

Sería un propósito que habría que asumir en estrecha complicidad entre las empresas, la universidad y las autoridades. Extender la digitalización es un empeño estratégicamente necesario y barato de conseguir. Es un empeño que sintonizaría con las estrategias que están encima de la mesa en Europa. Es navegar a favor de la corriente. En una región donde es necesario aumentar las inversiones en conocimiento, defender la apuesta por la digitalización  es un buen empeño. No costaría demasiado esfuerzo presupuestario y los resultados serían palpables.

¿Ha habido movimientos o hay riesgo de que este tipo de propuestas se queden en un cajón?

Ha habido cierta recepción por parte de las autoridades y del mundo universitario, quizá es demasiado pronto, pero creo que sería un error echar en saco roto este tipo de iniciativas. Las autoridades y empresarios harían bien en sentarse y tratar de asumir como prioritario ese mayor grado de inclusión en la sociedad digital, que antes o después se va a acabar imponiendo. Más vale que sea antes y que una región como Castilla-La Mancha tome el liderazgo de iniciativas como la extensión de los pagos digitales en algunos pueblos, la alfabetización digital en familias o la extensión de la digitalización en pequeñas empresas.

La digitalización fue una de las medidas que se presentaron en ese foro de muchas otras. De forma paralela el Gobierno ha sacado su Plan Adelante para empresas. ¿Se han visto reflejadas algunas de estas propuestas?

No lo conozco extensamente. Sé que ha salido este plan, pero no he tenido ocasión de verlo. Serán buenas iniciativas cualquier propuesta que fomente la modernización de la región, que fomente la capacidad para emprender, la liberación de obstáculos para que la tasa de natalidad empresarial crezca en la región, para que talentos jóvenes emprendan.

Un papel fundamental tendrá que cumplir la Universidad. Hemos visto con la crisis que muchos titulados han acabado en el paro o han emigrado. Se dice que la Universidad tiene que colaborar con las empresas, potenciar la investigación o el emprendimiento, pero en la práctica ¿eso cómo se hace?

La Universidad tiene una tarea básica, que es fortalecer el conocimiento y no distanciarse de la realidad. Una universidad como la nuestra, la de Castilla-La Mancha, debería ser muy sensible en casi todos sus departamentos a lo que es la realidad social y económica de la región. Cuanto mayor sea la cercanía, la complicidad, las iniciativas de colaboración o las actividades de formación hacia la empresa, mayores serán las probabilidades de que esa complicidad se traduzca en iniciativas rentables. La Universidad sí ha de procurar en determinados centros y facultades como económicas, empresariales o ingeniería agrónoma,  que una parte del talento universitario se acerque a la industria, a las empresas, a los sectores productivos de la región. Y las autoridades deberían simplemente procurar eliminar todos esos obstáculos, procedimientos y trabas administrativas que se interponen en la creación de empresas por parte de jóvenes talentos.

¿De qué tipo son esos obstáculos?

Hay obstáculos que son puramente administrativos, que son trabas que muchas veces se interponen en los ayuntamientos o comunidades y que consumen tiempo, energías, incluso dinero a la hora de crear una empresa:excesivo tiempo, excesiva burocracia en las autorizaciones... Es necesario que en el mundo de la Universidad -y también de las organizaciones empresariales- se generen iniciativas que divulguen lo conveniente de crear nuevas empresas, particularmente que ayuden a la modernización de los sectores tradicionales de nuestra economía, que procuren la generación de servicios que atienden a nuestras cooperativas y empresas del sector primario, del turismo cultural de la región, etc.

Para ayudar a estos jóvenes a que encuentren trabajo, el Gobierno tiene un Plan de Empleo que subvenciona los contratos en empresas. Para parados de larga duración se subvencionan los contratos por parte de ayuntamientos ¿qué opinión le merecen este tipo de planes de lucha contra el empleo?

Son paliativos, no son soluciones concretas. Lo ideal no es tanto subsidiar el desempleo, sino generar políticas activas que favorezcan la salida del desempleo de la gente y que, mientras están en el desempleo, aprovechar para fomentar la formación más operativa, instrumental, más aplicada, más cercana a las empresas, pero todo lo que sea la aplicación de paliativos en una región con unas altas tasas de desempleo es saludable. Ahora bien, sería un error creer que ese tipo de subsidios de ayudas tengan que tener un carácter permanente. Necesariamente han de ser temporales y pensar en que la mejor forma es sacar a la gente del desempleo, procurar en última instancia el empleo activo, ya sea por cuenta ajena o el fomento por la capacidad para emprender.

En los últimos meses el PP de Castilla-La Mancha habla de fuga de empresas de zonas cercanas a Madrid como los corredores de La Sagra y el Henares. ¿Ese riesgo es tal? ¿Cómo tiene que hacerse valer Castilla-La Mancha? ¿Cuáles son sus ventajas competitivas?

En mi opinión, una situación alarmante no existe. Esos riesgos en situaciones vecinas se producen en las dos direcciones. La permeabilidad no es necesariamente mala. Igual existe el riesgo para Madrid de que haya empresas que se establezcan en Castilla-La Mancha. Lo que sí es muy importante desde Castilla-La Mancha es tener claro que la facilidad para actividad empresarial no tiene que ser menor que la ofrezca Madrid. Yo creo que hoy por hoy no lo es y hacer valer ese capital humano que tiene la región, que en ocasiones  es de calidad similar al que pueden encontrar las empresas en Madrid. No creo que haya a medio plazo razones para el alarmismo.