Hasta 15 menores de edad tienen protección como víctimas

HIlario L. Muñoz
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El sistema de estadística del Ministerio lleva desde hace un año publicando los datos por edad de las víctimas en VioGén

'Corta a tiempo. El maltrato no llega de repente' era el título de una campaña realizada hace casi un año, el pasado otoño, por el Ministerio de Sanidad y que estaba dirigida a que las adolescentes denunciaran las situaciones de violencia desde su inicio. La llegada de aquella propuesta viene marcada por la publicación de los primeros datos sobre violencia de género por edades, incluidas las menores, y que cumplen un año este verano. En esta estadística la provincia de Ciudad Real aparece de media con unas 13 adolescentes cada mes que necesitan algún tipo de protección, con un pico de 15, en febrero de este año, y el menor dato en el último de estos boletines estadísticos que se publica en la web del Ministerio (www.msssi.gob.es) y que corresponde a junio. En total unas 30 menores han necesitado en algún momento vigilancia policial frente a sus agresores y se encuentran incluidas en Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén).

Las cifras ponen de manifiesto lo que se viene advirtiendo desde hace años, como es que la violencia comienza en los primeros estadios de las relaciones. «Las primeras conductas aún son más sutiles en la adolescencia y su normalización puede llevar a la justificación o aceptación de relaciones nocivas», decía de forma directa el Ministerio, en aquella campaña, que incluyó materiales didácticos para el aula. «Las menores son una víctima más y el seguimiento que se le hace es el mismo que a las adultas», expuso la jefa del equipo Mujer-Menor de la Subdelegación del Gobierno, Ricarda Barato. «La Guardia Civil y la Policía hacen seguimiento a estas víctimas», dijo. Se trata de una protección en cinco estados que van desde el riesgo no apreciado al extremo, en función de la situación tanto de la denunciante como del agresor.

Por ejemplo, el caso extremo no suele extenderse más de 48 horas, hasta la detención del presunto agresor. Por este motivo, no suele quedarse en las estadísticas este riesgo salvo que a final de mes se dé uno de esos dos días de vigilancia de 24 horas a la víctima. Por este motivo, en los tres estadios inferiores se concentra el riesgo de las adolescentes, sobre todo en el no apreciado, cuando no hay contacto entre el entorno de la víctima y el del agresor, con una media de ocho víctimas en esta vigilancia que suele realizarse a distancia cada mes. Hay entre tres y cuatro en el bajo, con visitas esporádicas de fuerzas de seguridad, y en el medio, el tercer nivel de importancia, ha habido varios meses, como junio, último con datos, en el que una adolescente se encontraba, por lo que recibe visitas de efectivos de la Guardia Civil y Policía Nacional o local.

Hay que tener en cuenta que en la adolescencia es en ocasiones el entorno el que denuncia, no la víctima, y estas pueden buscar ponerse «en contacto con los agresores». Barato recordó que «son relaciones tóxicas» que caen «en situaciones de control», muchas veces con las nuevas tecnologías y el uso del móvil de por medio, y a partir de este motivo surge la violencia. Por esta situación resulta clave la educación ante estas situaciones. «Se trata de ofrecer respeto entre las adolescentes» para evitar estos sucesos.