Una base militar que crea escuela

Raquel Santamarta
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Más de 2.100 niños visitaron ayer el acuartelamiento 'Coronel Sánchez Bilbao' en una divertida jornada de puertas abiertas

Jornadas de puertas abiertas en la Base de Helicópteros de Almagro - Foto: /Fotos Rueda Villaverde

La base de helicópteros ‘Coronel Sánchez Bilbao’ de Almagro, sede del Bhela-I, abrió ayer sus puertas a 2.112 escolares de una treintena de centros educativos de la provincia (ocho de la capital) que, acompañados por 162 adultos, vivieron una jornada para el recuerdo que, a buen seguro, marcará el futuro de algunos de ellos.

Con motivo de la celebración el 1 de junio del Día de las Fuerzas Armadas, y el marco del 30 aniversario de la inauguración de las instalación, los pequeños se fotografiaron a bordo de helicópteros Bölkow (como el que corona desde el lunes la rotonda de la carretera de Fuensanta) y contemplaron con admiración uno de los ‘Tigre’ que, a mediados de julio, se desplegará en Afganistán en una segunda rotación.

«¿Y qué pasa si hay una guerra zombi?», preguntaba con curiosidad uno de los niños en uno de los pocos interrogantes que ayer se quedaron sin respuesta. Porque la duda de si el ‘Tigre’ corre más que el coche del piloto asturiano Fernando Alonso, si fue aclarada: «Anda ahí, ahí. Alcanza una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora».

Jornadas de puertas abiertas en la Base de Helicópteros de AlmagroJornadas de puertas abiertas en la Base de Helicópteros de Almagro - Foto: /Fotos Rueda Villaverde Los niños (los más pequeños llevaban un cartel identificativo colgado del cuello) no pudieron disfrutar de los vuelos de exhibición de los helicópteros (este año no recibieron la autorización del Ministerio de Defensa), pero sí pudieron seguir con detalle la labor de los perros del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, adiestrados para detectar drogas y explosivos, así como rescatar personas y detener a delincuentes.

atrapado entre escombros. En este sentido, Colin, junto a su guía Paco, olisqueó la zona y dio con un compañero que, escondido entre unos cascotes, simuló haberse quedado atrapado entre escombros tras el derrumbamiento de un edificio.

Además, siempre a la izquierda, respondió a los ejercicios de obediencia, también en la distancia, y fue recompensado con un mordedor en forma de rodillo de felpa. «Requiere de un entrenamiento constante y diario», aseguró a los espectadores mientras este pastor alemán, de pelo largo y línea checa, recibía unas caricias.

Tras su intervención, llegó la demostración del equipo de defensa personal policial. Los agentes deleitaron a pequeños y mayores con una serie de caídas y formas de rodar en colchonetas azules que, según dejaron claro, «es mejor no intentar en casa». Asimismo, mostraron a los escolares cómo efectuar un agarre de la solapa al objeto de identificar a una persona sospechosa y, al margen técnicas de detención, enseñaron a los participantes en esta jornada de puertas abiertas sistemas de engrilletamiento y tácticas para neutralizar una agresión. Todo ello bajo condiciones de estrés.

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