La provincia de Ciudad Real fue el único territorio de Castilla-La Mancha en el que el Gobierno regional redujo su inversión en obra pública el año pasado. Pese a eso, las licitaciones por parte de administraciones locales y del Estado consiguieron que el gasto en obra pública en la provincia creciera un 4 por ciento y encadene así tres ejercicios al alza, alcanzando además la cifra más alta desde el año 2012, con 61,58 millones de euros, según evidencian los datos recogidos por Seopan, la patronal de las empresas constructoras. Esas cifras, que empiezan a trazar una línea ascendente que habla de una tímida recuperación para el sector de la construcción en la provincia, marcan una frontera más que pronunciada a partir de los embates más fuertes de la crisis y subrayan una realidad: pese a los destellos de luz que arrojan los números de los últimos tres años, el gasto en obra pública está a una distancia sideral de lo que fue antes de la reciente recesión.