Raúl García es uno de esos 1.700 estudiantes de la Universidad de Castilla-La Mancha que ha optado dentro de su formación por realizar prácticas en empresas. En su caso, las hizo por partida doble con el objetivo de conocer mejor su futuro laboral y de completar lo que aprendía en el grado de Ingeniería Informática, que completó hace un mes con la presentación del Trabajo Fin de Grado. La experiencia le sirve ahora para tener un currículum en el que ha estado dado de alta dos veces, con la bonificación actual, en una empresa de desarrollo web y en otra dedicada al mundo industrial, con periodos en los que ha recibido incluso una remuneración. «Fue determinante el estar dado de alta porque si no hubiera recibido una ayuda o no hubiera estado dado de alta a lo mejor no las habría hecho, ya que necesitaba dinero para continuar con mis estudios», comentó el ya ingeniero informático. Hay que tener en cuenta que de su experiencia un estudiante no está el cien por cien del periodo de prácticas aprendiendo, «El periodo de aprendizaje es el primer mes y a partir de ahí estás aportando valor a la empresa y debe estar remunerado y valorado».
En su caso, todas sus prácticas son extra curriculares, ya que informática no cuenta con un periodo de trabajo en empresas. «Para mí ha sido la primera experiencia laboral real, porque la empresa te prepara a nivel académico pero no ves la experiencia completa, que es estar dentro de una empresa, con un equipo y haciendo cosas reales». En su opinión ahora cuenta con una experiencia laboral y a nivel personal este periodo le ha ayudado a enfocarse en lo que quiere trabajar. «Te ayuda a ver ese objetivo y te das cuenta de para qué estás estudiando». En este sentido, argumenta que «la universidad no me han enseñado tantas cosas específicas como los medios para aprender. En todas las asignaturas me han enseñado de cada rama y gracias a esa habilidad de aprender asimilo lo que me tiene que enseñar en el mundo laboral».
Con este bagaje, y el currículum aportado en las prácticas laborales, el ingeniero cree que tiene un futuro mejor gracias a las prácticas. «Si no las hubiera hecho estaría perdido a la hora de qué trabajo elegir y en qué ámbito enfocarlo». En este sentido, en su caso, realizó desarrollo web y un trabajo enfocado a plantas industriales, dos campos en los que pensaba trabajar. «Me estaría metiendo en esto sin haberlo probado» y ahora opto por la inteligencia artificial. «Quiero probar con el campo al que dediqué mi trabajo fin de grado».
García señala que no todos los informáticos siguen el ejemplo de hacer prácticas «al no ser obligatorias». «Yo creo que todos deberían hacer prácticas, al menos unos meses para ver el mundo laboral», concluye tras relatar la experiencia de estas prácticas y dado de alta en empresas.