Fabra tratará de ser presidente de los valencianos otros cuatro años

AGENCIAS
-

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, comunica al castellonense que se podrá presentar a la reelección, a pesar de los ataques continuos de la alcaldesa Rita Barberá

Al fin respiró aliviado el presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, que ayer confirmó lo que parecía un secreto a voces y que se había filtrado a un periódico de tirada nacional:que se presentará a la reelección el próximo 24 de mayo. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, fue la que le comunicó al número uno de la Generalitat que será el aspirante del grupo conservador en los comicios autonómicos.

Así lo anunció el que fuera alcalde de Castellón entre 2005 y 2011 en declaraciones a los medios justo antes de participar en un acto con motivo del Día de la Mujer: «Hace unos días les decía que estaba en modo espera, y ahora estoy en modo candidato».

«Cospedal me lo ha comunicado esta mañana, cuando estaba en un acto con graduados sociales. Fíjense, estaba pendiente de la llamada y cuando ha llegado no estaba, he tenido que devolverla», bromeó emocionado.

Fabra también explicó que desde Génova se iba a confirmar su candidatura en «los órganos de partido que correspondía». Además, también se enteró que serán aspirantes al Ayuntamiento Rita Barberá (por Valencia); Alfonso Bataller (por Castellón); y Asunción Sánchez Zaplana, actual consellera de Bienestar Social (por Alicante).

‘Caso nóos’.

Esta jugada ideada desde Madrid supone un duro golpe para la primera edil de la Ciudad del Turia, que presionó lo indecible para que el president cayera. Las relaciones entre ambos habían empeorado en los últimos meses, sobre todo, a raíz de la defensa numantina de la valenciana de su mano derecha, Alfonso Grau, implicado en el caso Nóos, y al que la Audiencia de Palma llevará al banquillo de los acusados.

En el seno de la formación regional, Barberá criticaba abiertamente a Fabra por falta de contundencia ante los escándalos de corrupción que llevan salpicando al PPvalenciano desde hace años, y que llevaron a dimitir en julio de 2011 a Francisco Camps por la causa de los trajes, si bien, posteriormente, fue absuelto, aunque sobre él revolotean no pocos casos que provocan un fuerte dolor de cabeza en Génova, que parece que ha valorado muy positivamente que fuese capaz de echar de la Alcaldía de Alicante a Sonia Castedo.

Las provocaciones de la dirigente popular no cesaron. Así, el pasado lunes, tras el auto contra su vicealcalde, desairó al president, manifestando que «no había ninguna línea marcada en el partido más allá de los estatutos», en referencia a la línea roja de Fabra de no tener imputados en cargos de responsabilidad. El propio Grau, el pasado 10 de diciembre, tras faltar al respeto a los periodistas que le preguntaron por su procesamiento, desafió a su líder:«Yo tengo mis propias líneas rojas y él otras».

Los detractores del flamante candidato a la reelección siempre le echaron en cara su falta de carisma y de autoridad, si bien hay que decir en su descargo que la herencia recibida por su antecesor fue envenenada:una ruinosa TVV, los tejemanejes de la alcaldesa de Alicante, los tentáculos de las tramas Gürtel y Nóos, caso Cooperación, Brugal, Rabasa, Carlos Fabra...

Durante unos meses, sonó con fuerza Isabel Bonig, secretaria general del PP levantino desde junio. Con 44 años y muy experimentada, contaba con el apoyo de Barberá. Ese fue su fallo.