Escuelas Católicas defenderá su oferta ante la ministra

M. Lillo
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Como un ataque contra un derecho democrático y a la libertad de elección de los padres.

Así ve el presidente provincial de Escuelas Católicas y director del colegio concertado salesiano Hermano Gárate de Ciudad Real, Julián Sánchez Mora, las declaraciones de la ministra de Educación, Isabel Celaá, sobre la reforma «urgente» de la Lomce para que la escuela pública no sea «subsidiaria de la concertada» y con la que pretende eliminar el criterio de «demanda social» establecido.

Sánchez Mora calificó de «lamentables» las declaraciones de la ministra y el que cada vez que llega un gobierno al poder «quiera apropiarse la educación, como una propiedad suya», sin consenso ni diálogo con el resto de agentes de la comunidad educativa, aseguró en declaraciones a este diario.

«No tiene que venir ningún ministro ni ministra a imponernos el modelo que los padres quieren para sus hijos, pero además, con todos mis respetos, diría que estas declaraciones contra quienes más atentan es contra los padres porque hay un derecho constitucional y la ministra ha ido a cortar de raíz el derecho constitucional que tienen para elegir el modelo de educación que quieren para sus hijos», aseguró el representante de Escuelas Católicas, que agregó que es «una idea trasnochada, un revanchismo y unas palabras tan sectarias que son lamentables que se produzcan en una sociedad como la nuestra».

«Como presidente de Escuelas Católicas y como director de un colegio de tanto prestigio en la ciudad como es salesianos Hermano Gárate, tenemos que lamentar y animanos a los padres a que no se dejen arrebatar este derecho constitucional», dijo el representante de los 29 colegios de Escuela Católica que hay en la provincia de Ciudad Real y quien aseguró que seguirán defendiendo su oferta para los padres y la posibilidad democrática que ellos tienen para elegir.

En este sentido, recordó que son los padres quienes solicitan este modelo de enseñanza concertada para sus hijos y criticó que quieran disminuir la demanda de la concertada. «Eso solo lo pueden hacer por un camino: no respetando y no dando a los padres la plaza vacante que exista en los colegios concertados y que la quieren para sus hijos. Lo que quiere la ministra es que llenar primero la pública y después, como si fuéramos mendigos de la educación, las concertadas. No somos mendigos y tenemos principios y oferta donde podemos estar presentes en una sociedad si auténticamente es democrática».

Del mismo modo, criticó la intención del Gobierno de que la asignatura de religión no compute en la nota de los alumnos. «Parece que siempre cuando llega un gobierno quiere plantar su ideología» y por ello «siempre se mete con la enseñanza de la religión», por lo que acusó al gobierno socialista de querer implantar su ética y de hacer «adoctrinamiento».

En este sentido, defendió que los padres también eligen inscribir a sus hijos en centros en los que se imparte la religión y aseguró que ésta «es cultura». «Ellos se creen que en el aula cualquier colegio concertado está dando catequesis y no estamos dando catequesis», dijo argumentando que «las clases de religión son cultura religiosa: es conocimiento de las grandes religiones, sus valoraciones éticas, sus ritos...» Por ello, sentenció que Escuelas Católicas «expondrá su postura, que no es de lucha, si no sencillamente de oferta y posibilidad democrática».