«Tener 4 ó 5 conversaciones al día evitaría caer en soledad»

S.L.H.
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Uno de los retos de la sociedad, dice el vicepresidente del Colegio de Trabajadores Sociales, pasa por articular las medidas necesarias para paliar la soledad, que cada vez afecta a más personas

En Castilla-La Mancha, hay en torno a 375.000 personas mayores de 65 años, de ellas, aproximadamente 75.000 viven en situación de soledad. Un mal contemporáneo que obliga a trazar un plan que devuelva a la sociedad española -y mundial- lo que nunca debió de perder: la convivencia.

Así lo ve el vicepresidente de Colegio de Trabajadores Sociales de Castilla-La Mancha, Gabriel Cano, que, en declaraciones a La Tribuna, aseguró que en sociedades ricas y desarrolladas como la española, los ciudadanos viven cada vez más  años y eso provoca que muchos de ellos acaben en soledad por sus circunstancias sociodemográficas y/o familiares.

Es por ello, explica, que uno de los retos de la sociedad actual pasa por implementar los mecanismos y herramientas necesarios que contribuyan a paliar la soledad de nuestros mayores, especialmente de aquellos que viven en el medio rural, donde los servicios públicos brillan, en muchos casos, por su ausencia.

Cano añade que los mayores, por lo general, quieren vivir en sus hogares hasta el fin de sus días, pero ello provoca -y cada vez más- situaciones de soledad extrema cuando se quedan viudos o sus hijos se trasladan a vivir a la ciudad donde tienen mayores oportunidades laborales.

En muchos casos esta soledad ‘obligada’ provoca que la salud se agrave y no solo la física o psicológica, sino también la salud social. Cano explica este tipo de enfermedad como aquella que te acaba aislando del mundo, como «cuando al final estás todo el día encerrado en casa viendo la televisión, sin mantener ninguna conversación con nadie».

Por ello, aboga por mantener «cuatro o cinco conversaciones diarias para tener una buena salud social».

El vicepresidente del Colegio de Trabajadores Sociales de la región lamenta que cada vez más «nos estamos individualizando, incluso desde pequeños». «Antes salíamos a las plazas a charlar con los vecinos. Ahora los niños están en casa viendo la televisión en su cuarto, sin casi hablar con sus padres».

Una realidad que, por ejemplo, en Reino Unido ha obligado al Gobierno a crear el Ministerio de la Soledad, pasando a ser del Estado la obligación de cuidar de los mayores.

El CÓDIGO CIVIL «NOS OBLIGA A SER MÁS FAMILIA». Pero no debe ser así. Al menos en España, recuerda Cano, que subraya que el Código Civil «obliga a las familias a cuidar de sus mayores», igual que ocurre con los menores. «La ley nos obliga a ser más familia y ahí está el reto», insiste el vicepresidente del Colegio de Trabajadores Sociales, que recuerda que «nadie da más satisfacción a un padre que su hijo vaya a casa y le cuente qué tal el trabajo o vaya a peinarle».

Por su experiencia, concluye, volver a conseguir que la sociedad  sea «más comunitaria» no va a ser fácil, pero tampoco imposible. Ya hay actuaciones que van en esa dirección como, por ejemplo, que estudiantes vivan con personas mayores a cambio de no pagar el alquiler (eso sí, deben, al menos, cenar con ellos varias noches a la semana) o el cohousing, que dos o tres personas mayores convivan y se ayuden.