Cada gota cuenta y por eso la labor de inspección de las tuberías y las acometidas a las viviendas permite la detección de fugas que ahorran millones y millones de litros de agua. En concreto, en la capital se ahorraron en 2017 más de 75 millones de litros de agua mediante la labor de la brigada de detección de fugas con la que cuenta la empresa adjudicataria del servicio, Aquona, que el año pasado localizó 48 fugas, diez de ellas en la conducción general de las tuberías de distribución y las 38 restantes en las acomedidas de los edificios a la red de agua. En total se inspeccionaron 176,02 kilómetros con un sistema tecnológico que permite encontrar las pérdidas de agua. En concreto, los más de 75 millones de litros de agua ahorrados equivalen con el volumen suficiente para llenar 37 piscinas olímpicas, según los datos facilitados a este diario por la empresa concesiaria del servicio.

Los millones de litros de agua que se ahorraron en 2017 suponen un ligero descenso en relación con los 80 millones de litros de agua que con los que se cerró la inspección de fugas en el año 2016, cuando, sin embargo, las fugas detectadas fueron más, 72, aunque de menor consideración que las localizadas este año. Aquona, que recuerda que en 2016 inspeccionaron 131,62 kilómetros de la red y tuvo como resultado la localización de 63 fugas en la conducción general y nueve en las acometidas domiciliarias.

Por lo que respecta a este 2018, se habían detectado 22 fugas hasta el pasado 21 de julio, de las cuales 15 se encontraban en acometidas domiciliarias y las siete restantes en la conducción general de la red de distribución.

El gerente de la empresa Aquona, Antonio García Pastrana, subrayó la importancia de esta labor de inspección que realiza de forma continua la brigada de fugas, que analiza periódicamente distintas zonas para tratar de dar con tuberías que sufren pérdidas de agua y actuar para evitar las fugas.