Hacía tiempo que la baja natalidad se había revelado como un problema en España, pero la semana pasada saltaron todas las alarmas. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) pusieron de manifiesto que la natalidad había caído a su nivel más bajo desde el año 1941, en la posguerra. En concreto en España hasta junio se alumbraron un total de 179.794 bebés, un 5,8 por ciento menos que en el año anterior. Sin embargo, mientras que la cifra de nacimientos cae en picado, el número de muertos en España sigue la tendencia contraria y en el mismo periodo se registraron más de 226.000 fallecimientos, un 2,2 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior.

En la provincia de Ciudad Real también se han registrado cifras preocupantes, ya que es la segunda que más rápido pierde población de España, sólo por detrás de Segovia. De hecho, los pueblos sufren el drama de la despoblación, los jóvenes se marchan de ellos en busca de un futuro y principalmente persiguen las oportunidades laborales que les niega el medio rural, pero también servicios que carecen en los municipios.

El INE también refleja que la edad media en la cual las mujeres de la provincia se casan se ha retrasado a los 34 años, mientras que el primer hijo lo tienen a los 30,4 años de media.