La provincia de Ciudad Real se sitúa desde hace años en una tendencia negativa en la que cada vez son más personas las que se marchan que las que llegan, al igual que son menos quienes nacen que los que fallecen en la provincia. Se trata de un movimiento de población que tiene fluctuaciones pero que sigue una tendencia en esta década de crisis y que sitúa a Ciudad Real, con los datos definitivos del año 2017, como la segunda provincia de España que más rápido pierde habitantes, solo por detrás de Zamora. Así lo indican las cifras hechas definitivas del pasado año por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en las que se indican que Ciudad Real perdió 10 habitantes por cada mil durante el pasado año, mientras que la provincia castellanoleonesa perdió 14 por cada mil, en un fenómeno que no solo se puede atribuir al menor número de nacimientos.
«Es una tendencia general en el grueso de España, que envejece y pierde población en el conjunto de España con determinadas excepciones», explicó el secretario de la Asociación Castellano-manchega de Sociología, Roberto Barbeito, quien apuntó que esa situación en toda España tiene un fenómeno particular en Ciudad Real al perder «una población relativamente formada y que tiene mucha facilidad de acceso para probar fortuna particularmente en Madrid o en Sevilla pero fundamentalmente en Madrid, porque tiene buenas comunicaciones». «En un contexto de crisis industrial y de empleo, con una crisis que ha dificultado la vida y por el desempleo se facilita la pérdida poblacional de gente joven, de la gente en edad de formación, que se van a la universidad o han concluido estudios pero al regresar no encuentran acomodo y se marchan», indicó.
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