En menos 24 horas ha dictado sentencia el Tribunal que ha juzgado en la Audiencia Provincial a un hombre acusado de abusar sexualmente de un menor. La Sala ha condenado a José D. S. Z. a nueve años y seis meses de prisión como «autor criminalmente responsable de un delito continuado de abuso sexual a un menor de 13 años y con prevalecimiento de situación o relación de superioridad».

En el fallo de la sentencia, a la  que ha tenido acceso La Tribuna, además de la pena privativa de libertad, se le imponen medidas de alejamiento prohibiéndole aproximarse y comunicarse directa o indirectamente por cualquier medio con la víctima a una distancia inferior de 300 metros.

El Tribunal de la Sección Segunda presidido por la magistrada Carmen Pilar Catalán  y formado por los magistrados Ignacio Escribano y José María Tapia también le ha condenado al pago de las costas causadas incluidas las devengadas de la acusación particular.

La Sala ha juzgado probado el delito que le imputaba el fiscal, por el que solicitaba una condena de diez años de cárcel, que el abogado de la acusación particular elevó a 15. El Tribunal, tras considerar los hechos, ha acordado imponer al procesado una condena de nueve años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual a un menor. Contra esta sentencia cabe interponer un recurso de casación.

Hechos. El fiscal consideró probado que el procesado, dada la relación de amistad que mantenía el menor con su nieta, tras ganarse la confianza de éste y de su madre al tratarse de un vecino y persona conocida desde tiempo atrás, decidió aprovechar estas circunstancias para «satisfacer sus deseos sexuales utilizando al pequeño».

Un día de últimos de mayo de 2002, pidió al menor que le acompañara a llevar a su nieta hasta la casa de su madre y al regreso le invitó a entrar en un local de Ciudad Real, donde su hijo regentaba un negocio de reparación de calzado que ya había cerrado, dirigiéndose a la trastienda donde abusó del niño al que dijo que no contara nada a nadie. Los abusos continuaron durante más de ocho años y en 2011 reveló todo a un sacerdote consiguiendo con su ayuda contárselo a su madre.

Para el abogado Juan Hervás, que ejerce la acusación particular, ya es importante haber conseguido que se siente en el banquillo de los acusados aunque el Tribunal le permitiera en la primera sesión abandonar la sala tras aducir que se encontraba mal. Su abogado Ramón Alén asegura que se encuentra «en estado terminal» a causa de una grave enfermedad. El año pasado consiguió que se suspendiera la vista oral por motivos de salud.