Las huellas del Greco en la región

S.Gala/Toledo
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Cuatro obras. El Bonillo, Cuenca y Sigüenza son los tres rincones que albergan en Castilla-La Mancha obras del pintor cretense e invitan a un recorrido por el arte.

Las huellas del Greco en la región

El Greco se vincula indudablemente con Toledo, la capital de Castilla-La Mancha, porque fue en esta ciudad donde vivió durante años y desarrolló buena parte de su obra. Pero el Greco también es Castilla-La Mancha, y es que el pintor cretense pisó con fuerza en esta región y por eso su huella sigue intacta cuatrocientos años después de su fallecimiento.

Si bien la mayor parte de su obra en la región la alberga Toledo, podría iniciarse un pequeño periplo por tres de las cuatro provincias restantes de Castilla-La Mancha en las que El Greco tiene su propio rinconcito y algunas de sus obras ocupan un lugar especial. Tal es el caso de la capital conquense o de dos municipios de Guadalajara y Albacete.

El Bonillo

Empezando por este último, es en la iglesia parroquial de Santa Catalina de El Bonillo donde se encuentra una de las obras más importantes de la provincia albaceteña: El Cristo abrazado a la Cruz de Doménico Theotocopuli. Un lienzo que destaca por su calidad artística y su fuerte expresión religiosa.

El Greco quiso representar a Cristo de pie, vestido con una túnica roja y manto azul, abrazando la cruz con las características manos alargadas. En la cabeza porta una gran corona de espinas y la mirada de templanza -pareciendo asumir su destino- se pierde sobre un fondo atormentado.

Este cuadro del que puede disfrutarse en El Bonillo presenta las características propias del artista:figuras alargadas, pinceladas ligeras, colores con contraste, expresiones profundas y amaneramiento de las figuras. Y además en este lienzo se puede ver la doble firma del pintor, en latín y en griego.

Según los expertos, esta obra corresponde a la etapa más brillante del artista entre 1590 y 1596. La identificación de esta obra se produjo en el año 1928, con motivo de la selección de obras que se realizó para la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla en el año 1929. El escultor Ignacio Pinazo y el periodista Abraham Ruiz localizaron el cuadro colgado a bastante altura en la iglesia parroquial de este municipio albacetense. Durante la Guerra Civil permaneció guardado en el Banco de España y en 1979 fue restaurado por el Museo del Prado.

Cuenca

Y siguiendo las huellas de Doménico por Castilla-La Mancha, el viaje nos lleva a Cuenca, en concreto a su Museo Diocesano. La temática de Cristo en la Cruz fue muy repetida en la obra en general de El Greco y de hecho en la capital conquense puede admirarse esta obra que también tiene ubicación en El Bonillo.

Procede del municipio de Huete y la acoge el Museo Diocesano de Cuenca, una de las joyas de la capital que atesora lienzos tan importantes como éste del artista de Creta.

La parada en Cuenca permite contemplar a un Jesús de Nazaret caminando hacia el Monte Calvario con la cruz a cuestas. Con lágrimas en los ojos, mira hacia el cielo sabedor de su final.

En general, los estudiosos de la obra del griego sitúan esta creación en 1580 durante su primer período toledano. Y son muchos los puntos de España y del mundo que exhiben al Cristo abrazado en la Cruz.

En Cuenca se encuentra custodiada en la sala del Tesoro del Museo Diocesano, junto a otra de las obras de El Greco: Oración en el huerto. En este caso el cuadro procede de la localidad conquense de Las Pedroñeras y ambas son del siglo XVII.

El Greco pintó Oración en el huerto entre 1597 y 1607, durante su último período toledano. Es un tema que también repitió en muchos de sus cuadros, reflejando a Cristo con un ángel, acompañados en la escena por los apóstoles Pedro, Juan y Santiago el Mayor junto a Judas Iscariote y los enviados de los fariseos.

La oscuridad sirve de fondo a la obra y tan solo es iluminada por un gran foco de luz. La postura de Jesucristo y la de los apóstoles responde al manierismo.

Sigüenza

Y el recorrido por las obras de El Greco en Castilla-La Mancha termina en Sigüenza, municipio emblemático y con mucha historia de la provincia de Guadalajara. Los pasos de El Greco llevan hasta la Catedral, donde puede contemplarse La Anunciación.

Un cuadro que fue restaurado hace tres años por el Instituto del Patrimonio Cultural de España, que recuperó la firma del óleo. Ahora es la capilla de la Concepción la que lo alberga para el deleite de sus visitantes, que a través de su mirada podrán viajar al año 1570 cuando parece que el cretense pintó esta imagen, una de las más logradas de su período veneciano.

La virgen María y el arcángel San Gabriel intercambian miradas magistralmente recogidas con su paleta de colores por El Greco. Este lienzo difiere de otros más tardíos del pintor y sigue un canon más clásico que evoca al arte bizantino.

  Sea como fuere, El Greco invita a un itinerario por el arte a través de su pintura y siguiendo los pasos del propio pintor en Castilla-La Mancha. El Bonillo, Cuenca y Sigüenza son una clara expresión del espíritu del pintor y de la gran amplitud de su obra. El Greco también es Castilla-La Mancha.