48 horas después de lo sucedido en Salamanca, la UD Socuéllamos empleó sus redes sociales para definir ese 23 de junio como el día en el que el club sufrió su situación más «dramática y sobre todo injusta» en sus casi 95 años de historia. Un sentimiento de club al que ponía palabras en La Tribuna su presidente, un Jordi López que reconocía estar aún «hundido» después de ver cómo el colegiado del partido, el cántabro Valero Alonso, «jugaba con la ilusión de un pueblo y de un club humilde», tomando esa polémica decisión de castigar a los manchegos con un discutido penalti en contra en el tiempo de descuento; pena máxima que servía al Unionistas para dar la vuelta al marcador (3-1) y lograr el premio del ascenso a Segunda B del que, hasta ese momento, se había hecho acreedor el conjunto de Manu Calleja. 

Pero Jordi López sabe que tampoco merece la pena perder demasiado tiempo más con lamentaciones porque hay que ponerse a trabajar ya en el nuevo proyecto, y de hecho este martes hay programada una reunión de la junta directiva para empezar a «tomar decisiones» de cara al curso 2018-2019. «Hay que levantarse y mirar al frente porque de nada sirve lamentarse más. El fútbol siempre te da otra oportunidad», afirma.

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