Sánchez insta a denunciar las negligencias y los malos trato

Pilar Muñoz
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La consejera de Bienestar Social afirma que los programas de la Junta de Castilla-La Mancha ayudan a prevenir y detectar posibles maltrato a los mayores

Los programas de Ayuda a Domicilio y de Teleasistencia, con 4.500 y más de 1.500 beneficiarios respectivamente en la provincia de Ciudad Real, son «dos de las herramientas para atender a las personas mayores con las que trabaja el Gobierno de Castilla-La Mancha», ha expresado a este periódico la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez.

Según la consejera, desde el Ejecutivo de García-Page son «conscientes» de que las necesidades de las personas mayores son crecientes y que su deseo es permanecer el mayor tiempo posible en su casa, por lo que se hace especial hincapié en estos programas, que han duplicado el número de usuarios en estos tres últimos años.

Estos programas permiten estar muy cerca de las personas mayores, de tal modo que ayudan a prevenir y a detectar cualquier situación de posible maltrato, aunque «afortunadamente, este tipo de casos son una excepción», apunta Sánchez.

A este respecto, la consejera recordó que ayer se conmemoró el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez y que el presidente García-Page escribía en un artículo que «en los últimos años se aprecia un cambio en la sociedad que hay que combatir» y afirmaba que «es inadmisible que no se preste atención a la protección de ese grupo de personas para la garantizar de que envejezcan con «seguridad y dignidad» y, al mismo tiempo potenciar sus necesidades para que puedan participar con pleno derecho en la vida de su familias y comunidades». Por ello, «hay denunciar cualquier situación de negligencia o maltrato y visibilizar el buen trato a las personas mayores».

De este modo, y para proteger los derechos de los mayores, Bienestar Social ha puesto en marcha programas como el Marco de Envejecimiento Activo para prevenir y mejorar su calidad de vida y un Plan de Calidad y Eficiencia en los centros residenciales que van acompañados de planes de apoyo a familias, de cuidados posthospitalarios o de actuaciones de respiro y estancias temporales.

Prevención. Precisamente la geriatra  responsable de este área en el Hospital General Universitario de Ciudad Real, Nuria Fernández, destaca la importancia de trabajar en la prevención y luego en la rehabilitación para intentar que los mayores con patologías vuelvan a su entorno lo antes posible. Una persona mayor puede pasar de ser autónoma, de estar con sus nietos, familia, jugando a la petanca o cartas, a ser dependiente porque de repente ha sufrido una fractura de cadera o un ictus, que son las dos grandes patologías. De ahí que considere muy necesario contar con una unidad de recuperación de funcionalidad geriátrica para devolver la automía a estas personas. Hace unos años la rotura de una cadera podía acarrear a una persona mayor un grave problema de salud e incluso el fallecimiento. Sigue siendo una causa de mortalidad, aunque por fortuna las técnicas anestésicas han mejorado mucho  la situación de estos pacientes.

La media diaria en planta en el HGUCR  es de 50 pacientes y hay picos que llegan a 80, sobre todo en invierno. Este año ha habido más de 60 ingresos al día hasta marzo con la epidemia de gripe.