Actúan en Despeñaperros para evitar los atropellos de linces

Ana Pobes
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El Ministerio de Fomento ha estudiado la carretera a A-4 en esta zona y ha llevado a cabo varios trabajos como arreglar las mallas para que sean impermeables y sólo permitan el paso hacia una zona prevista

Fomento y Medio Ambiente han acordado trabajar conjuntamente en las zonas donde se ha detectado una mayor concentración de atropellos de linces. Una de esas zonas es la A-4 (Madrid-Andalucía), ya que concretamente, entre Bailén y Andújar se encuentra uno de los principales puntos negros para este felino. Desde 2012 hasta mediados del año pasado, en este lugar murieron catorce linces.

El Proyecto Life+IberLince empezó en el año 2000 su lucha para conservar y reintroducir el lince, una de las especies más amenazadas de extinción, en los campos del sur de la Península como Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, pero también fuera de España  como es el caso de Portugal. En esa lucha por conservar y reintroducir el lince se «debe contar con la implicación decidida de los organismos competentes». En este caso, con el Ministerio de Fomento, que tiene las competencias sobre las carreteras nacionales. Así, desde el Proyecto Life+Iberlince se asegura que Fomento ha comenzado a aplicar con carácter de urgencia medidas destinadas a reducir el riesgo de accidente en la A-4 con diferentes trabajos. Entre ellos, comenta Miguel Ángel Simón, director del proyecto Iberlince, de revisión y mejora de las mallas de protección actualmente existentes en las vías con el principal objetivo de minimizar los riesgos de atropello de linces en la red estatal.

Pero no sólo en la parte de Andalucía se han llevado a cabo diferentes trabajos, también en la zona de Ciudad Real, en concreto en Despeñaperros, donde «se ha estudiado la carretera y algunos de los pasos». Y es que «aunque la carretera es nueva, tenía alguna problemática respecto a las mallas unilaterales de las carreteras y que vienen a encauzar esos pasos». Por ello, continúa explicando, se están repasando y arreglando esas mallas con el fin de que «sean impermeables y sólo permitan el paso hacia la zona prevista. Se ha hecho en el sur de Ciudad Real y en la parte de Jaén, donde entre Andújar y Bailén, hay un punto negro muy complejo».

Obras que se «están llevando a cabo sin mucho presupuesto», por lo que Iberlince trabaja desde hace unos meses en que el Ministerio de Fomento se adhiera al proyecto como socio. De esta forma, comenta Simón, el ministerio recibiría también financiación de Bruselas y su inclusión sería «mucho más participativa», ya que Bruselas ofrece 21 de los 34 millones de euros destinados a recuperar «un patrimonio natural único de la península ibérica, y que no existe en otra parte del mundo». Así, su inclusión en el proyecto  «permitiría a Fomento a disponer de una partida específica para el lince» lo que supondría «alguna obra de mayor envergadura» quizás, un paso de fauna en esta zona de Despeñaperros como «ya se ha hecho en el entorno de Doñana».

De momento, responsables de  Iberlince ya han mantenido contacto con miembros del ministerio mediante diversas reuniones periódicas, por lo que el objetivo es que sea en la próxima primavera cuando Fomento ya forme parte de Iberlince como socio. «Desde el año 2000 colabora la Consejería de Fomento de Andalucía, pero no el ministerio que tiene la competencia en carreteras nacionales, pues ahora tenemos puntos negro en autovías donde antes no se producían atropellos», explica Simón.

La Dirección General de Carreteras, a través del Ministerio de Fomento, tiene en marcha una serie de actuaciones dentro de la conservación ordinaria de carreteras para minimizar los riesgos de atropello de linces. Entre ellas, desnaturalizar el entorno para que el lince no considere la vía como un medio natural o colocar captafaros para evitar el paso del lince cuando pasen vehículos de noche.  Otra de las medidas es la colocación de cerramientos y labores de limpieza para facilitar el paso de estos felinos por obras de drenaje o pasos inferiores; los desbroces, siegas, colocación de escolleras o facilitar el huroneo en los taludes para que el lince tampoco los considere una zona de caza.

Para identificar las actuaciones necesarias y supervisar sus avances en los trabajo en los que se concentran los atropellos de lince ibérico, desde el organismo se realizan continúas visitas de campo y reuniones entre los técnicos del grupo Life Iberlince». Así, se han realizado ya varias visitas en Ciudad Real,  Jaén, Huelva, Córdoba y Cáceres, entre otros lugares.