«Hay predisposición para que los refugiados se integren»

HIlario L. Muñoz
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Manuel Lorenzo es desde el verano del año pasado el responsable del MPDL en la provincia. En este tiempo ha iniciado un proyecto de acogida humanitaria de inmigrantes y esta semana arranca un programa de protección internacional

«Hay predisposición para que los refugiados se integren» - Foto: Rueda Villaverde

¿Qué se aprende de vivir dos décadas en Marruecos?

La enseñanza fundamental es que a pesar de las diferencias culturales, costumbres y hábitos las personas en cualquier parte del Mundo buscamos lo mismo y queremos lo mismo. Todo el mundo quiere tener una vida tranquila, su trabajo, su familia, su casa y eso para mí es una enseñanza importante. Además he aprendido a relativizar muchas cosas en un país que está muy cerca y al mismo tiempo muy lejos. En mi trabajo he aprendido a trabajar con personas en situación de vulnerabilidad, de pobreza, con dificultades y aprendes a relativizar los problemas que tenemos en nuestra sociedad y que no son tan importantes como a priori parecen porque cuando ves problemas graves de verdad te paras a pensar que mis problemas comparados con estas personas no son tan relevantes. Por otro lado también se aprende a valorar más lo que tenemos en nuestras sociedades, en todos los sentidos, como vivir en una sociedad democrática, donde hay unos servicios de calidad que, en ocasiones, hay que mejorar evidentemente pero cuando estás tanto tiempo fuera y comparas ves que somos afortunados de vivir en un país como España, de formar parte de un espacio como la Unión Europea, donde hay paz y se respetan los derechos fundamentales de las personas. Es verdad que hay muchos aspectos que mejorar pero una de las enseñanzas principales es aprender a valorar lo que tenemos aquí.

¿Qué ha implicado su llegada a MPDL Ciudad Real y cómo se pasa de dar formación al empleo al trabajo directo con la inmigración?

Vengo del mundo de la cooperación al desarrollo, salvo un paréntesis en el que abrí la delegación del MPDL en Melilla. Ahí fue mi primero contacto con la Acción Social en España y una vez que decidí volver e instalarme diseñamos qué podíamos hacer en Ciudad Real más allá de lo que ya estábamos haciendo. Nuestra labor estaba vinculada a la formación y el empleo, también con población inmigrante, y decidimos que una línea de trabajo interesante sería la acogida humanitaria para inmigrantes y un programa de asilo. Esto suponía una etapa nueva personal y profesional y un reto que me apetecía afrontarlo. Tras un año y cuatro meses estoy contento de encontrarme en una ciudad donde existe por parte de las administraciones una sensibilidad y predisposición para apoyar a las entidades sociales. También por la ciudadanía, porque hemos encontrado una buena acogida. En el tiempo que llevamos trabajando no hemos tenido problemas con ninguna comunidad de vecinos y me agrada. Ciudad Real y su ciudadanía es abierta y poco a poco nos vamos acostumbrando a vivir en la diversidad.

¿Qué implica que este jueves llegaran los primeros refugiados de MPDL a Ciudad Real?

Llevamos tiempo preparando el programa, con las viviendas. Empezar algo nuevo siempre genera cierta incertidumbre. Estamos esperando a que lleguen y trabajar con ellos para que todo las situaciones que han vivido hasta llegar aquí, dejarlas atrás y empezar a vivir una vida con expectativas para su integración e inclusión, tanto en lo social como en lo laboral. Gracias a este programa, financiado por el Ministerio de Trabajo y Migraciones podemos contribuir a que personas que han salido de sus países o han salido por guerras u otro tipo de causas mayores, puedan reiniciar una vida normal. Hay unos compromisos en el país de acogida y es una muestra de generosidad de todos los españoles, que al fin y a la postre contribuimos con nuestros impuestos.

¿Cómo va a ser el trabajo en Ciudad Real, con tres entidades trabajando a la vez con refugiados?

Esto no se hace al azar sino con el visto bueno y acuerdo de Ministerio de Trabajo y Migraciones. No creo que se vaya a saturar Ciudad Real de personas refugiadas, si sumamos todas las plazas no es un número elevado. Está bien que tres entidades podamos trabajar y al mismo tiempo coordinarnos. De hecho, ya hay una iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Acción Social, junto a Cepaim, Cruz Roja, Ciudad Real Refugio y nosotros para la puesta en marcha de una mesa de apoyo a las personas refugiadas. Esta semana se mantuvo una reunión y estamos cerrando un documento de referencia para esta mesa que en principio será una mesa de diálogo e intercambio de información para detectar posibles dificultades o problemáticas que afecten a todas las personas refugiadas de Ciudad Real y entre todos buscar soluciones y alternativas que se puedan dar hacia la ciudadanía, información y sensibilización sobre la situación de las personas refugiadas. Hay una predisposición por la administración local y las tres entidades de establecer ese marco de colaboración de diálogo e intercambio de información con el objetivo de que las personas que estén aquí se integren plenamente en la sociedad de Ciudad Real.

El proceso para los refugiados implica tres fases, hasta su autonomía, ¿Qué es lo más difícil?

Todo va a depender del perfil de cada persona porque este programa se dirija mucho a itinerarios individuales. En función de esto llevamos a cabo itinerarios individuales. La primera acogida puede ser la fase más sencilla, en la segunda nos meteríamos más en formación, preformación y búsqueda de empleo. La tercera fase es más complicada con la emancipación o autonomía de la unidad familiar, porque nosotros también vamos a recibir unidades familiares. La más complicada sería la tercera porque todo va a depender también del empleo que consigamos y de la duración de ese empleo. Si conseguimos empleos estables la persona o la unidad familiar podemos proyectar su estancia o proyecto vital a más largo plazo.

Si cada año unas 100 personas refugiadas son atendidas en Ciudad Real, 80 de ellas verán como se les deniega su solicitud por estadística.  ¿Qué ocurre con quienes no llevan aún tres años en Ciudad Real y no pueden pedir la nacionalidad por arraigo?

Ésa es una realidad. Las estadísticas que vemos en las resoluciones de protección internacional en un alto porcentaje suelen ser negativas. Se suelen denegar y, en ese momento, la persona se encuentra en una situación complicada. Si han pasado tres años podría acceder a arraigo pero puede haber periodos de vacío. Casi todas o todas las negativas van acompañadas de orden de expulsión, que luego se llevará a cabo o no, pero es que debido a la lentitud del sistema de resoluciones hay personas que se pueden quedar en ese limbo jurídico. Es complicado para una persona que ha conseguido prácticamente su inserción laboral, está trabajando y a la que le llega la negativa. En ese momento pierde el trabajo y no tiene medios. Es una realidad y un problema y todas las entidades somos conscientes y la administración también pero no sé hasta qué punto se le plantea algún tipo de soluciones.

¿Se ha pensado en algo para cuando llegue ese momento?

Nosotros pensar pensamos, pero esto necesita unos recursos que no disponemos.

¿Cómo se puede combatir el racismo desde una entidad que trabaja con los inmigrantes?

En todas las sociedades existe el racismo. Dicho esto, luego hay una serie de discursos, que son falsos o erróneos con un objetivo de determinadas personas o formaciones políticas que, contrariamente a las dinámicas de la sociedad actual y en un mundo globalizada donde todo se mueve y se cambia, quieren la pureza de las sociedades y algo que es inviable. Hay un discurso que dicta que estas personas vienen a quitarnos el trabajo y reciben las ayudas y es falso. Hay estudios que pueden demostrar que los inmigrantes con su impulso y su trabajo aportan mucho más de lo que reciben. El racismo y la xenofobia se combate con educación y sensibilización, con un trabajo de las propias personas para demostrar que no son diferentes.

En cifras además, en un año o dos, Ciudad Real va a contar con un 1% de su población como ciudadanos que han pedido protección internacional. Esto es un proceso que no va a parar. ¿Se va a hacer una labor de educación sobre refugio?

Realizamos un programa en institutos, un proyecto, con el Ayuntamiento de Ciudad Real dirigido a informar y sensibilizar a los jóvenes sobre la situación de los refugiados en el mundo. Exponemos un programa que llevamos a cabo en Jordania, con refugiados y en el que mostramos una exposición fotográfica sobre la realidad de los sirios en Jordania. La gente es consciente de las dificultades y por qué unas personas huyen de sus países. No creo que sea un problema que un 1% de la población de Ciudad Real sean refugiados o extranjeros siempre y cuando entre todos pongamos de nuestra parte. Esto es una cuestión de todos. Por los que estamos al hacer un ejercicio de convivir con estas personas y por las personas que llegan de adaptarse a nuestras costumbres sin tener que perder su cultura. Yo he vivido 18 años en Marruecos y no he tenido ningún problema, me he adaptado a la vida marroquí y no por ello he dejado mi cultura y costumbres. A veces hay discursos que dicen van a hacer una mezquita, intenta poner una iglesia en sus países, yo les digo que en Marruecos hay iglesias y sinagogas y no pasa nada. Hay un libre ejercicio de las creencias religiosas y, por ejemplo, en Rabat hay una Catedral, una iglesia española y cuatro o cinco francesas, en Tánger hay una catedral e iglesias en Nador, Alhucemas, Tetuán.... No pasa nada siempre y cuando haya un respeto mutuo.