Está claro que la gente está muy sensibilizada», espeta César Alcázar, director de escena del espectáculo Don Juan, la sombra de Inés ensangrentada, cuando se le pregunta por la acogida del público, mayoritariamente juvenil, ante este espectáculo de Teatro Narea, que también gestiona a la par con Javier Moncada.

Este montaje, que hace una denuncia de la violencia machista a partir de la figura del Tenorio, se representa mañana en el Teatro Quijano, a partir de las 20.30 horas, escenario al que llega después de varias funciones dirigidas especialmente a espectadores jóvenes y adolescentes, lo que el director denomina «nuevos públicos». Para los integrantes de este sector joven, «verlo en una obra de teatro todavía les afianza más en esa sensibilidad», comenta.

Alcázar observa que cuando el público advierte los «comportamientos sibilinos asociados a una situación de este tipo», los jóvenes aprenden a identificar «esos comportamientos y esos roles que se repiten una y otra vez en la violencia de género».

Al finalizar cada función, los actores Alvar Vielsa y Silvia Garal, además del propio Alcázar comienzan un diálogo con los espectadores y el director, dispuestos a responder a las preguntas que llegan desde el patio de butacas.

Vielsa, que se incorporó a la gira cuando ésta ya estaba en marcha como sustituto de otro actor, reconoce que hacerse con su personaje fue un trabajo complicado. «Es un personaje opuesto a mí por completo», por lo que confesó que este Don Juan «es el personaje más complejo y más difícil que he asumido», confesó, a lo que se añade la necesidad de que el texto teatral «sonara con un tono normal, puesto que se ha buscado un diálogo normal», para una obra que plantea una interpretación «hiperrealista». Con el añadido de tratarse de «un personaje muy duro, de un carácter violento, claramente machista y eso fue lo que más me costó sacar de él».

Por su parte, Silvia Garal, define su Inés, como «una chica bastante vulnerable, que se deja mucho llevar por lo que Don Juan le propone, siempre está intentando adaptarse», explica.

Por supuesto, el personaje de Inés comienza muy enamorada de este Don Juan del siglo XXI, pero paulatinamente va descubriendo su verdadera situación hasta que decide plantar cara.

El planteamiento de este Don Juan de la compañía ciudadrealeña contrasta con la visión clásica del mito del Tenorio. El texto es de Llanos Campos y se aleja de los distintos Don Juan, que hay en el teatro, tanto de Tirso de Molina, José Zorrilla o Racine, entre otros.