El sector del vino vuelve a tener entre manos una campaña difícil de gestionar. El comportamiento cíclico del mercado vinícola ha devuelto a las bodegas y cooperativas a un escenario de importantes volúmenes de producción que están provocando una caída de precios que, sin embargo, confían en poder gestionar. La sectorial del vino de Asaja en la región verbalizó la pasada semana una idea que ronda por las bambalinas del mercado vinícola, la de acotar las producciones y derivar el excedente del cupo a otros canales como el biocombustible, el alcohol o los subproductos del vino, para introducir de esta manera un ajuste que garantice al sector una estabilidad en las épocas de grandes producciones. El consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, recogió ayer el guante en Ámsterdam durante su visita a la décima edición de la World Bulk Wine Exhibition (WBWE) y recordó que la apuesta de su departamento «ha sido siempre por la calidad», y abogó por la puesta en marcha de una Interprofesional en la región que, entre otras cosas, establezca límites a los rendimientos que doten de estabilidad al sector.

«Llevamos toda la legislatura hablando de acotar rendimientos, de adaptar las producciones y enviarlas hacia el camino de la calidad y no de la cantidad», dijo el consejero, que aseguró que el plan estratégico para el sector del vino que su departamento presentará antes de que acabe el año ahonda en esa hoja de ruta y fue más allá al avanzar que el Partido Socialista llevará en su programa electoral de cara a los comicios autonómicos del mes de mayo «una ley de la viña y el vino, que en su día derogó el PP, que proponga importantes sanciones para los productores que no respeten o se salten los rendimientos que se establezcan desde la Interprofesional», figura que considera «indispensable» para el sector en la región.

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