Alrededor de 250 expositores de 22 países se dan cita desde ayer y hasta hoy en la décima edición de la World Bulk Wine Exhibition (WBWE), una feria que nació una década atrás como «una ilusión» impulsada por la empresa ciudadrealeña Pomona Keepers con el respaldo de Globalcaja y del Gobierno regional y que ahora se ha convertido en una cita de referencia para el sector vinícola de todo el mundo y en el mayor encuentro internacional de vinos a granel. 73 bodegas y cooperativas de la región están presentes en una feria que ampliará sus horizontes el año próximo para celebrar un encuentro en China, con el que terminar de impulsar un mercado que plantea para todos el reto de reconducir unos precios que van a la baja.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, inauguró ayer la décima edición de la feria, que tiene como telón de fondo el desafío que plantea para los mayores productores de vino a granel el momento presente, que aúna una producción en torno a un 25 por ciento superior a la del ejercicio anterior en la región, que se traduce en un importante incremento también para el conjunto del país, y cosechas importantes, también en el hemisferio sur, donde la campaña de la primera mitad del año cerró por encima de las cifras del ejercicio anterior. En esa situación, el consejero de Agricultura, Francisco Martínez, hizo hincapié en la defensa de los precios que ha realizado hasta ahora el sector vinícola regional, que después de 18 meses consecutivos batiendo sus propios números de ventas en el exterior ha cerrado un año natural (1 de octubre de 2017-30 de septiembre de 2018) con un incremento del 27% en el valor unitario de las operaciones, y con más de 713 millones de euros de facturación exterior. Mantener alto el listón del valor de las operaciones es el reto al que se enfrenta el sector en la actualidad. El consejero destacó el impulso que citas como la WBWE y Fenavin suponen para las bodegas y cooperativas de la región, «porque hace que éstas lleguen a cualquier rincón del mundo».
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