Destinar el excedente de vino a biocombustibles es la propuesta realizada por la Sectorial Vitivinícola de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Castilla-La Mancha en la reunión mantenida ayer en el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF) en Tomelloso. La retirada del circuito de comercialización se situaría en los umbrales superiores a los 20.000 kilogramos por hectárea para uva tinta y a 25.000 kilogramo por hectárea para variedades de uva de blanca, cifras que vienen determinadas por la Orden 123/2018 de la Consejería de Agricultura, que a su vez deriva de la normativa europea de calidad de la Zona vitícola C III b. No en vano, esta medida parte al aumento de la producción y los problemas que puede conllevar en la campaña comercial del vino. El gerente de Asaja Ciudad Real, Agustín Miranda, explica que la campaña de la vendimia ha registrado «un aumento debido a las lluvias que hemos tenido este año» y que en estos momentos la organización agraria está «constatando con cifras esa producción», pero avanza que «no son muchas las explotaciones que superen las producciones marcadas en la Orden de la Consejería de Agricultura, pero sí que han subido». De acuerdo al anuario estadístico que publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con datos relativos a 2016, el rendimiento de la superficie de viñedo fue de 4.390 kilogramos por hectárea en cultivos de secano y 17.760 kilogramos por hectárea en regadío. Sin embargo, a pesar de no contar con datos oficiales, en las dos últimas campaña «ha subido la producción», asevera Miranda. Pero el excedente no sólo podría ser destinado a biocombustibles, ya que como subraya Miranda también puede «ir al mercado de vinos de mesa, mostos y alcoholes». Según dicha normativa, y según señala Asaja, la Administración regional establece la posibilidad de controles en aquellas explotaciones vitícolas cuyo rendimiento declarado sea superior a las cifras anteriormente señaladas. En este sentido, la organización agraria ha pedido a la Consejería que establezca como destino de esta producción sobrante la elaboración de biocombustibles, además de vinos de mesa, mostos y alcoholes, así como que abra procesos sancionadores en el caso de encontrar incumplimientos. Esta medida parte con la intención de mejorar la producción destinada exclusivamente a la producción del vino y aumentar las prestaciones en toda la cadena de elaboración. Asaja también propone subir las prestaciones vínicas del 10 al 15 por ciento, como otra medida de regulación del mercado, y ese incremento del 5 por ciento dirigirlo también al mercado de los biocarburantes. Del mismo modo, la organización agraria ha considerado que hay que recuperar los mercados de mosto y alcoholes y destinar la producción del vino de mayor calidad al consumo directo. También se reitera que Castilla-La Mancha debe apostar por dar un valor añadido a los vinos de calidad, apostando por la venta de embotellados en detrimento del vino a granel, razón por la que, de cara la próxima feria World Bulk Wine Exhibition a celebrar en Ámsterdam este fin de semana, donde compradores y distribuidores de vino a granel de todos el mundo participan, y donde Asaja recomienda a los viticultores no realizar operaciones por debajo de unos precios mínimos. La organización agraria destacaba la necesidad de poner en marcha medidas dirigidas a la trazabilidad real del producto elaborado con la uva, como la certificación de los productos o la gestión de las producciones, de tal manera que se puedan planificar adecuadamente las campañas presentes y evitar complicaciones en las futuras.