El fútbol español asiste atónito al estallido de una guerra entre sus organismos que, si bien se intuía, nunca se imaginó que llegara hasta el punto que alcanzó el pasado miércoles. Fue el presidente de la Federación, Ángel María, el que prendió la mecha al denunciar ante la FIFA y la UEFA el «desmesurado intervencionismo» del Consejo Superior de Deportes (CSD). Además, amenazó con paralizar el ‘deporte rey’ y exigió la destitución del presidente del ente gubernamental, Miguel Cardenal, de los cargos que ocupa en los organismos futbolísticos internacionales.
No es el primer órdago de este tipo que lanza el veterano dirigente de la Federación, quien, en 2008, se enfrentó al CSD, entonces presidido por Jaime Lissavetzky, por el adelanto electoral al que le obligaba la normativa del Ejecutivo. En aquel momento, el propio presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aterrizó en Madrid para recordarle al político socialista algo parecido a que en el balompié las leyes las pone él. De hecho, países como Grecia, Nigeria o Iraq han sido excluidos de competiciones internacionales por la FIFA al tratar de presionar a sus respectivas Federaciones. De momento, la UEFA no ha respondido a la petición de que Cardenal abandone sus cargos y tampoco lo ha hecho la entidad de Blatter, aunque ya se sabe que ésta se pone firme siempre frente a la injerencia.
Una vez destapadas las hostilidades, el CDS no tardó en contestar a la incendiaria petición de Villar. Así, acusó a la Federación de dejarse auditar, como el resto de los organismos deportivos, además de destacar su nula colaboración cuando ésta ha sido requerida. Hay que recordar que en el Gobierno no sentó nada bien que el presidente federativo prácticamente se inhibiera del plan ‘antiultras’ que se aprobó tras la muerte del hincha radical del Deportivo en el enfrentamiento entre los Riazor Blues y el Frente Atlético. Una ‘espinita’ que sigue muy clavada en los dirigentes del CSD que querían mostrar una imagen de unión del fútbol.
Un tercer actor se sumó ayer a esta guerra abierta: Javier Tebas, presidente de la Liga Profesional de Fútbol, cuyas relaciones con Villar no han pasado nunca de frías y distantes. En su momento, también Tebas se sintió abandonado por su homólogo en su cruzada contra los posibles amaños en el ‘deporte rey’.
«Hoy me has llamado ‘gilipollas’ y cuando algún miembro de la junta me insulta, no haces nada para evitarlo», escribió Tebas en la carta que ayer remitió a Villar, llena de críticas a su actitud. En la misma le pide «por enésima vez» una reunión entre los organismos que controlan el balompié patrio.
Mientras, el Comité Olímpico Español (COE) y su presidente, Alejandro Blanco, se mantienen neutrales, aunque éste no esconde su afinidad con Villar.