Turquía expande su ofensiva

Agencias
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La artillería otomana amplía sus ataques sobre posiciones kurdas al norte de Siria, mientras Ankara anuncia la detención de más de un millar de milicianos del Estado Islámico y del PKK

 
Tras las operaciones contra las posiciones kurdas en Irak, la artillería turca atacó ayer una localidad bajo control de la milicia Unidades de Protección Popular (YPG) y rebeldes moderados en el norte de Siria, según apuntó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos citando a activistas de la oposición al régimen de Damasco, con lo que las fuerzas de Ankara continúan extendiendo su ofensiva contra esta minoría. 
El bombardeo contra Sor Maghar, situada al oeste de Kobane, habría dejados heridos a cuatro combatientes de las YPG y del Ejército Libre Sirio, un hecho por el que dirigentes del grupo kurdo exigieron al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan que detenga esta «agresión». 
El ataque se produjo después de que aviones de combate otomanos F-16 volvieran a cargar contra posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en la región de Hakurt, en el norte de Irak, en la noche del pasado domingo, una actuación que el primer ministro, Ahmed Davutoglu confirmó, aunque no precisó el lugar exacto. 
Estos hechos tuvieron lugar horas antes de la reunión que hoy mantendrán los embajadores de los Estados de la OTAN a petición de Ankara. Si bien el secretario general de la Alianza, Jens Stolberg, subrayó que «todos los países tienen derecho a la autodefensa» y recordó que Turquía lo tiene a protegerse «de atentados terroristas», recordó que «es importante que las medidas sean proporcionadas y no contribuyan innecesariamente a una escalada del conflicto», ya que, agregó, los ataques aéreos contra el PKK puede «poner en peligro» el proceso de paz con los kurdos en el que se viene trabajando desde hace meses.
Después de haber conseguido varias victorias sobre la milicia terrorista Estado Islámico (EI), las YPG controlan una amplia parte de la frontera entre Turquía y Siria. Precisamente los combatientes kurdos lograron en la mañana de ayer, con la ayuda de ataques aéreos estadounidenses, expulsar al EI de la pequeña ciudad de Sarrin, una localidad estratégicamente importante en el límite entre ambas naciones. Sarrin está situada a unos 40 kilómetros al sur de Kobane, ubicada en la frontera y habitada mayoritariamente por kurdos, que echaron hace unos meses a los yihadistas. Precisamente, los radicales han estado utilizando la pequeña urbe para lanzar ataques sobre su vecina, con el ánimo de recuperar su control.
Las Unidades de Protección Popular kurdas en Siria son un aliado importante de la coalición internacional que lucha contra el EI, pero, al mismo tiempo, están estrechamente vinculadas al PKK, organización prohibida en Turquía. 
Mientras tanto, los Ejecutivos de Ankara y Washington llegaron a un pacto para crear una «zona de seguridad» en el norte de Siria junto a la frontera turca, según fuentes de la Casa Blanca. Se trataría, inicialmente, de un acuerdo marco y los detalles aún tienen que ser concretados. La franja de seguridad tendría una extensión de 100 kilómetros y podría servir para acoger a muchos refugiados sirios que viven actualmente en suelo otomano al huir de la guerra civil.
«El objetivo es crear una zona libre del EI y asegurar una mayor seguridad y estabilidad a lo largo de la frontera turca con Siria», afirmó un funcionario del Gobierno de Barak Obama.