La necropsia de Kivu no determina una causa concreta de su muerte

Ana Pobes
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El examen anatómico que se realizó al último lince encontrado muerto no ha servido para concretar el motivo del fallecimiento por el estado de descomposición del cadáver del animal

Imagen de la suelta de Kivu, el pasado mes de julio en Castellar de Santiago. - Foto: La Tribuna de Ciudad Real.

La necropsia que se le ha realizado al lince Kivu, que apareció muerto el pasado 22 de enero en la finca Navarredonda de Almuradiel, no ha encontrado la causa concreta de la muerte de este ejemplar, debido al estado de descomposición que presentaba el cadáver del animal al ser devorado por los buitres. Así lo comentaron a La Tribuna fuentes cercanas a la Consejería de Agricultura, quienes señalaron que se han remitido muestras al Laboratorio Regional Agroalimentario y Ambiental de Castilla-La Mancha (Laraga) para que se pueda realizar también un análisis toxicológico.

Los trabajos realizados por los técnicos en el Centro de Recuperación El Chaparrillo no han arrojado ninguna conclusión definitiva de las causas de la muerte. Aun así, y a pesar de que el director general de Montes y Espacios Naturales de Castilla-La Mancha, Javier Gómez-Elvira, declaró que desde la Junta de Comunidades «no se trabaja con ninguna hipótesis», el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, declaró que una pelea entre linces en la época de celo podría ser la causa de la muerte de Kivu, el último de los cuatro ejemplares que apareció muerto en la provincia de los ocho que fueron reintroducidos el pasado verano. Una posibilidad que también corroboró el propietario de la finca, Juan Antonio Aviño Pascual, quien declaró que el ataque por otro ejemplar de su especie pudo ser la causa más probable del fallecimiento, ya que la explotación donde ocurrieron los hechos está totalmente vallada, asegurando que la «intervención humana no fue la causa del fallecimiento del lince».

La muerte de Kivu se produce después de que a mediados de diciembre apareciera muerto Kairós, atrapado por un lazo ilegal. Junto a ellos también murió, en septiembre del pasado año, Kala, una hembra que se encontró sin vida en Villamanrique. Con el resultado sobre la mesa de un primer informe, la Consejería de Agricultura descartó que su muerte se produjera por el uso de veneno o por disparos, y los datos de la necropsia confirmaron que murió por un fuerte golpe en la cabeza, tal y como adelantó La Tribuna.

Otro de los linces encontrados muertos en Ciudad Real fue Kenitra, un macho que procedía del centro de cría andaluz El Acebuche. Según informaron entonces fuentes del Proyecto Iberlince, la muerte de este ejemplar, en octubre de 2014, se produjo a tiros en el transcurso de una acción cinegética en una finca situada en la localidad de Torre de Juan Abad.