Ser niño en muchas zonas del planeta no es nada fácil. Además de ser los más vulnerables de la sociedad, la falta de derechos fundamentales a causa de las guerras, el hambre o las migraciones les ocasiona que su vida corra peligro. Por eso, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha solicitado este año la aportación de 2.740 millones de euros para prestar ayuda a 62 millones de niños que se encuentran en situación de riesgo por crisis humanitarias en 71 países.
Esta petición aumenta en 880 millones la cantidad solicitada por la agencia de la ONU en 2014 y supone «el mayor llamamiento de emergencia» que ha realizado la organización en toda su historia, según explicó ayer en Madrid el presidente del Comité Español, Carmelo Angulo.
Con estos fondos, Unicef tiene como objetivo tratar a 2,7 millones de niños contra la desnutrición aguda, vacunar a 13,6 millones contra el sarampión, dar acceso a agua potable a 34,3 millones de personas, proteger a 2,3 millones de menores con apoyo psicosocial, contribuir a que unos cinco millones reciban educación, dar información y tratamientos contra el sida a 275.000 personas y aportar apoyo económico en efectivo a 395.000 personas. En cifras totales, la previsión es dar ayuda a 98 millones de personas.
Angulo explicó que la agencia confía en lograr este año «resultados superiores» a los del año pasado porque «las cosas se han complicado». A modo de ejemplo, recordó que en Siria, unos 100.000 niños están «atrapados bajo las bombas» y subrayó la complicada situación que viven en África Occidental por el brote de ébola.
El presidente del Comité Español advirtió de que unos 16,7 millones de niños están viviendo en zonas de conflicto en países como la República Centroafricana, Irak, Palestina, Siria, Ucrania y Sudán del Sur, muchos de ellos como refugiados o desplazados.
Siria se sitúa como el territorio que más fondos requiere, con 800 millones de euros.
El llamamiento global también incluye 443 millones para las comunidades afectadas por el ébola.
En el caso de Nigeria, un país marcado por la amenaza terrorista de Boko Haram, Unicef pide 23 millones, mientras que en Ucrania, donde 1,7 millones de niños se ven afectados por el conflicto, la petición asciende 28,6 millones.
El mal de África.
Otra realidad preocupante para Unicef es las dificultades que tiene la agencia para desmovilizar a los niños soldados en África, como es el caso de la República Centroafricana. Así, el especialista en Emergencias de Unicef para África Central y Occidental, Pablo Pascual, narró el complejo y largo proceso por el que pasan los niños soldado para lograr reintegrarse en la vida civil.
En este sentido, alertó de la inseguridad y las dificultades existentes para desmovilizar a unos 8.000 menores combatientes, debido a la gran cantidad de grupos y subgrupos de milicianos sin una cadena de mando efectiva y porque es muy difícil que los comandantes cumplan y dejen marchar a aquellos que son adolescentes.