Relato de intimidad

Diego Farto
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Natural de Alcubillas, eje de muchas de sus obras, es ingeniero técnico agrónomo y un especialista en historias rurales. El viernes, a las 19.30 horas, presenta en el Museo López Villaseñor un nuevo libro de relatos, 'Vínculos'.

¿Qué es Vínculos? ¿Sigue presente el mundo rural?

El agro sigue ahí, no como tema, sino como escenario en el que se desarrollan dos personajes fundamentales, Laura y Miguel. Son de un pueblo, viven en un pueblo aunque por necesidad de buscarse la vida se van a Madrid, pero fundamentalmente son de pueblo. Miguel tiene 16 años cuando empieza la guerra y eso le marca, Laura tiene algunos años menos y también sufre las consecuencias de la guerra. El libro lo forman una serie de relatos narrados en primera persona, pero no del escritor, sino del personaje, que habla en primera persona de lo que ha vivido, su entorno, su familia. Primero con la voz de Miguel y después con la de Laura. Es lo que ellos han experimentado. Luego hay un epílogo en el que otro personaje hace una síntesis de esos relatos.

¿Es por tanto un libro de personajes?

Es ir contando la vida de estos personajes, pero mediante historias individuales. Son dos personas que deciden casarse renunciando a ilusiones. Los protagonistas son dos personajes muy marcados por la guerra, sobre todo Laura, una mujer que tiene unas ilusiones que no puede cumplir y se siente muy frustrada, como la de tener una tienda de pueblo. Miguel es de otra manera, es de ir afrontando lo que la vida le depara.

¿Un nuevo dúo a lo Quijote y Sancho?

No es para tanto, porque Laura tiene ilusiones, pero no tiene sueños. No es una Don Quijote ni Miguel es tan Sancho. Es un hombre práctico, eso sí, de pocas letras, sabe cosas de la vida, porque empezó de pastor. Aun así es un contraste con Laura que es mucho más inquieta culturalmente. Son personas que nunca han tenido una casa propia, siempre han vivido de alquiler, incluso cuando están en Madrid.

¿En qué medida en estos cuentos está presente su memoria de Alcubillas?

No es un texto autobiográfico, pero evidentemente mi memoria está detrás, mi infancia, mis vivencias, salen de una forma o de otra. Creo que la España rural de los años 50-60 está marcada por una guerra que de alguna forma partió vidas y proyecciones y en el caso concreto de Laura, de una forma muy clara, puesto que había conseguido una beca para estudiar. Por su parte, Miguel se tiene que ir a la guerra, a los 16 años se va al frente con la Quinta del Chupete y eso también le marca aunque no combate.

¿Cuánto tiempo estuvo trabajando en esta obra?

Al contrario de lo que pasó en los dos libros anteriores, que también son de relatos, esta obra se ha ido entremezclando con otros proyectos. Lo empecé hace muchos años, lo fui escribiendo poco a poco. Cuando lo terminé hace tres años fue cuando me senté y me di cuenta que había que darle una nueva forma, que es la que yo quería contar. Es una obra que empecé hace unos diez años, tal vez más, pero en los últimos tiempos se me ha ido juntando con otros proyectos.