El uso de agua para riego creció un 14% en la región en 2016

Alejandro Gómez
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La técnica del goteo lideró el incremento en Castilla-La Mancha, que mantiene un notable déficit, pues tiene el 21% de las tierras de cultivo españolas y sólo el 11% de recursos hídricos

Castilla-La Mancha acumula algo más del 21% de las tierras de cultivo de la superficie española (3,7 millones de hectáreas sobre un total de 17 millones), pero apenas utilizó un 11% del agua de riego que se empleó en el país durante 2016 (unos 1.650 hectómetros cúbicos, por casi 15.000 en la suma nacional).

Así se desprende del análisis de las cifras de la encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario, que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE), comparadas con la que elabora el Ministerio de Agricultura sobre superficies y rendimientos de cultivos.

Cierto es que, según el INE, el uso de agua de riego creció en la región un 14% con respecto a 2015, en lo que supone uno de los mayores aumentos interanuales del país, donde la cifra total apenas cambió. Aún así, Castilla-La Mancha mantiene un déficit hídrico importante con respecto a otras comunidades autónomas con mayor implantación del regadío. La castellano-manchega fue históricamente tierra de predominio del secano, por sus características, pero el drástico descenso de la rentabilidad de esas explotaciones ha motivado un incremento de las reclamaciones de los profesionales para poder aprovechar más los recursos hídricos que les ofrece su tierra, con vistas a que su actividad permita, al menos, un beneficio razonable.  

Por otra parte, cabe destacar que los agricultores castellano-manchegos no recibieron ninguna aportación de otras comunidades, según el INE, mientras que la región sí aportó 603 miles de metros cúbicos a otras unidades económicas.