Las renuncias a herencias se duplican en la provincia desde 2010 para «esquivar deudas»

Raquel Santamarta
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Ciudad Real, con 265 legados no aceptados en 2014 frente a los 140 de cinco años atrás, suma el 26 por ciento de los rechazos registrados en el conjunto de Castilla-La Mancha: hasta 1.014

Un total de 265 personas renunció en 2014 a una herencia en la provincia de Ciudad Real. Una cifra que se ha duplicado desde 2010, cuando los ciudadrealeños que rechazaron un legado por ser oneroso ascendieron a 140. En el último año el incremento ha sido de un 38 por ciento, ya que en 2013 fueron 192; mientras que en 2012 y 2011 un total de 151 y 163 optaron por «esquivar las deudas» que llevaban aparejadas. «Una herencia comprende derechos y obligaciones; es decir, los activos (dinero e inmuebles, fundamentalmente) y los pasivos (las deudas)», explica Luis Fernández-Bravo, vicedecano del Colegio Notarial de Castilla-La Mancha desde finales del año 2012 y uno de los 36 notarios que trabajan en la provincia de Ciudad Real.

Heredar puede salir caro. En el conjunto de la región se registraron en 2014 un total de 1.014 renuncias, lo que refleja un incremento del 154 por ciento respecto a los 398 casos que se anotaron hace ocho años, según se desprende del informe 'Los notarios y los ciudadanos' del Consejo General del Notariado, que refleja detalles de la realidad socioeconómica de los castellano-manchegos entre los años 2007 y 2014. En los últimos doce meses esta subida, progresiva desde 2007, ha sido de un 23 por ciento y se ha situado por encima de la media nacional (19%).  Y es que recibir los bienes de un ascendiente puede convertirse en un regalo nada deseado.

En este sentido, Fernández-Bravo pone de manifiesto que «en un época en la que se ha producido una disminución considerable del valor de los bienes inmuebles, las deudas se han quedado por encima en muchos de los casos obligando al heredero a renunciar». Toledo, con 290 rechazos, se situó en 2014 a la cabeza de Castilla-La Mancha seguida de Ciudad Real (265), Albacete (238), Guadalajara (123) y Cuenca (98). No obstante, según advierte el experto, se puede aceptar la herencia a beneficio de inventario. Una alternativa que, en sus propias palabras, es «más flexible y rápida» desde la entrada en vigor el pasado 23 de julio de la Ley de Jurisdicción Voluntaria. «Permite responder de las deudas del fallecido con los bienes que recibe y luego, si quedan activos, hereda», precisa. Si el descendiente directo renuncia al legado, éste pasaría a otros de segundo, tercer o cuarto grado. Y se da el supuesto de que ninguno de los herederos acepta el legado, la comunidad autónoma -y el Estado en última instancia- lo asumiría.

Las herencias están sujetas al impuesto de Sucesiones y Donaciones, un tributo que gestionan las comunidades autónomas. En este sentido, la factura fiscal que se paga al aceptar una herencia también ha hecho que el número de personas que renuncia a un legado se haya disparado durante la crisis. No obstante, en Castilla-La Mancha no es un motivo tan determinante. «Aquí es menos significativo, porque en la región hasta la fecha tenemos unas bonificaciones importantes en las transmisiones más comunes. Entre ellas la de padres a hijos, así como entre cónyuges, que es del 95 por ciento», señala Fernández-Bravo.

La mala situación económica por la que atraviesan numerosas familias ha propiciado que, en algunos casos, los progenitores decidan adelantar parte de la herencia a sus descendientes, que ahora más que nunca necesitan una ayuda para seguir adelante. Las donaciones o transferencias 'inter vivos' se han disparado en la región un 157 por ciento desde 2007 -de 2.949 a 7.577- ante la amenaza de un cambio fiscal. Una avalancha 'preventiva' por el temor de que el Gobierno anuncie su armonización en todo el territorio español. «Se ha producido varias veces a lo largo de los últimos años, porque existe esa posibilidad», reconoce el vicedecano del Colegio Notarial de Castilla-La Mancha.

menos actos notariales. En Castilla-La Mancha el número de escrituras de herencias repuntó un 5,6 por ciento en 2014 al pasar de 14.756 a 15.581 procedimientos. A pesar de ello, apenas representan un seis por ciento de los actos notariales que se llevan a cabo. En este sentido, de los 271.234 anotados en 2014, un 43 por ciento de los contabilizados en 2007, la cuarta parte corresponde a pólizas y otros documentos mercantiles sujetos al antiguo arancel de corredores. Eso sí, su volumen en los últimos ocho años ha caído a la mitad (de 141.785 a 65.246).

Cada vez se formalizan más testamentos y disposiciones de última voluntad con el objetivo de dejar por escrito el tratamiento a recibir en el tránsito final de la vida, cuando ya no se puede expresar nada. Por contra, se registran menos contratos por razón de matrimonio o pareja de hecho, pactos acumulables a negocios jurídicos, actos urbanísticos, préstamos y garantías hipotecarias, apoderamientos, protestos, cartas de pago y cancelaciones. «La notaría es un reflejo de la realidad socioeconómica», concluye Fernández-Bravo.