El poeta ciudadrealeño afincado en Sevilla Francisco Mena Cantero se hizo hace unos días merecedor de los premios Rafael Morales y Santa Teresa de Jesús, que se organizan en Talavera de la Reina y Madrid respectivamente, lo que le valió adjudicarse 9.000 euros en el primer certamen y 500 en el segundo.

En el certamen de poesía mística que lleva el nombre de la monja andariega, Mena Cantero asegura que participó, «más por devoción, que por cualquier otra causa». Su apuesta fue el poema Noche oscura de Santa Teresa, compuesto por cuatro sonetos, que agradó al jurado.

La convocatoria corrió a cargo del Hogar de Ávila en Madrid, con el respaldo de la Diputación Provincial, en tanto que el acto de entrega de los premios está programado para el próximo día 15 en el Centro Cultural de los Ejércitos en Madrid.

Por su parte, en el concurso Rafael Morales, Mena Cantero presentó el libro de poemas Tus apuntes de física, una obra con que tuvo que competir con los restantes 135 trabajos presentados al concurso. El jurado estaba integrado por poetas de la categoría de Joaquín Benito de Lucas, Ángel García López, Antonio Hernández y Antonio Azorín.

El poemario ganador está escrito en verso blanco, con ritmo y acentuación según los tradicionales pies griegos. A pesar de ello el lenguaje sigue la ortodoxia de la Academia.

La evocación de la Grecia clásica también está presente mediante una estratégica cita de Platón y referencias al Hexameron de San Basilio, quien refería que debida a la forma esférica «el demiurgo hizo el mundo».

En la obra se insertan textos de diferentes filósofos y pensadores, como Galieo Galilei, Laplace, Newton Tomás de Aquino, Kant o Leibnitz.

El amor humano también tiene su espacio, lo mismo que la creación del mundo desde la visión bíblica y las escrituras.

Mena Cantero aborda su obra con una escritura ágil, por momentos irónica, con lo que el lector se aleja de los tonos de un tratado científico, para adentrarse en la riqueza poética de su autor.

Francisco Mena Cantero nació en Madrid, en 1934, de familia manchega, pues a los pocos días estaba ya en Ciudad Real. Pasó toda su infancia y parte de su juventud en Ciudad Real, pero a partir de 1971 se instala en Sevilla, desde donde ha alumbrado la mayor parte de sus escritos, sin olvidar nunca sus lazos con La Mancha.

Desde Sevilla, ha publicado más de una veintena de libros, en su mayoría de poesía y fue editor de la colección Ángaro en colaboración con otros poetas.

En el año 2014, el Ayuntamiento de Ciudad Real acordó por unanimidad nombrarle hijo adoptivo de la ciudad y descubrir una placa en la calle Progreso, donde transcurrió su infancia.