El premio de motivar, innovar y emocionar en el aula

A. Criado
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Teresa Rubia, profesora de Infantil en el colegio Paseo Viejo de la Florida de Almagro, nominada a mejor docente de España por sus «ideas locas».

Aunque ya ha ganado varios certámenes educativos a nivel nacional, la nominación a los Premios Educa Abanca y los halagos y felicitaciones de los compañeros y, sobre todo, de las madres de sus pequeños alumnos le siguen produciendo «sonrojo pedagógico». A sus 40 años de edad, Teresa Rubia, granadina de Motril, es la única profesora que imparte clases en un centro de la provincia de Ciudad Real, el colegio público Paseo Viejo de la Florida de Almagro, que opta a unos galardones que tienen el objetivo de reconocer la labor desempeñada por los mejores docentes de España durante el curso académico 2017-18. Buscan realzar socialmente la figura del buen docente, su implicación en el proceso de enseñanza de su alumnado y su importancia para la sociedad.

Teresa, maestra de Infantil en el centro almagreño desde hace ocho cursos, cuenta en su currículo con una ‘Peonza de Oro’ al mejor blog educativo nacional, y también ganó un concurso colaborativo junto a una compañera del colegio Ferroviario de la capital con un proyecto en el que convirtió a sus alumnos en guías turísticos de la ciudad encajera, con el conquistador Diego de Almagro y su caballo como grandes protagonistas. «Tan importante es salir al entorno como que el entorno venga a nosotros», enfatiza.

Para la profesora granadina, el simple hecho de estar nominada a los Premios Educa Abanca junto a otros 146 docentes de todo el país (49 de Infantil) es ya un motivo de «orgullo», máxime cuando esta nominación llega gracias a la solicitud presentada por la familia de uno de sus alumnos. Los ganadores se darán a conocer en febrero, en una gala que tendrá lugar en Galicia, aunque ya avanza que será complicado estar allí, porque aunque dispone de un brillante currículo y formación, «los requisitos son muy exigentes».

«Ideas locas». Sólo hay que presenciar diez minutos de una de sus clases para comprobar la pasión con la que desempeña su profesión, siempre potenciando el trabajo en equipo de sus pequeños ‘discípulos’ a través de las «ideas locas» que no paran de rondar por su cabeza. El curso pasado, sus alumnos de tres años se convirtieron en ‘cazadores de monstruos’, un original proyecto con el que trabajaron los colores, y las figuras geométricas, la asociación, identificación, clasificación y los sentidos, «la figura humana de otra manera distinta a la habitual». «Los proyectos en sí pueden ser los de toda la vida, por lo que lo importante es la vuelta de tuerca que le des», asevera.

Esta iniciativa finalizó con una especie de escape room, «pero sin encerrarnos en clase», en el que los niños tenían que resolver una serie de acertijos para abrir una caja fuerte. Y este trimestre, con motivo del 40 aniversario de la Constitución, los chicos, ya de cuatro años, están inmersos en el proyecto ‘República independiente de mi clase’, «buscando soluciones fuera del castigo para aquellas cosas que no nos gustan y de las que los propios alumnos se van dando cuenta, como por ejemplo no bajar ni subir corriendo las escaleras». Después de Navidad trabajarán el reciclaje para «dejar de ser unos marranetes». «En clase tenemos que trabajar en el currículo, pero tratado de una manera más lúdica para despertar el interés de los niños; buscar la motivación para que aprendan contentos y con emoción», afirma Teresa para subrayar que «el método de la pe con la a ‘pa’ ya no funciona».