La sala del Gabinete del Palacio de los Fúcares alberga un conjunto de imágenes fruto de un extraño sueño. Son cuerpos formados a partir de formas geométricas o cabría decir dibujos descompuestos en elementos geométricos. La exposición titulada Giovanni Battista Bracelli Bizarrie di varie figure, refresca uno de los aspectos hoy menos conocidos de la cultura del barroco, su apego por la fantasía y los personajes fruto de la inventiva.

Por una parte, a través de los dibujos de este artista genovés se aprecia un profundo conocimiento de las claves de la representación del cuerpo y a la vez el divertimento de la creación de formas nuevas, de descubrir las formas subyacentes en determinadas partes del cuerpo.

El estudio de la anatomía enlaza a Bracelli con los renacentistas, interesados por la justa proporción entre las distintas regiones del cuerpo. Pero al mismo tiempo esa traviesa fantasía que le induce a vestir el cuerpo de formas extrañas le sitúa de lleno en la corriente artística de un Guiseppe Arcimboldo, el más inspirado de los artistas barrocos en la deformación del cuerpo, aunque en el caso de Brazelli sus formas son mucho más fruto de un ingenio teórico que de una similitud de formas.

La exposición, que permanecerá en la antigua casa de los Függer durante todo el periodo de vigencia del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, se realiza en colaboración con el Goethe-Institut, equivalente alemán del Instituto Cervantes. La colección objeto del de Werner Neckes, productor de cine de vanguardia y uno de los coleccionistas de arte más destacados del país. Neckes es el poseedor de una de las dos ediciones, formada por medio centenar de grabados, que se conservan de la obra de Giovanni Battista Bracelli.