El infierno que vive Gaza desde hace tres semanas, cuando empezó la operación Margen Protector, se intensificó ayer, con nuevos ataques israelíes que derivaron en la jornada más dramática registrada hasta la fecha, ya que más de 100 personas perdieron la vida en un plazo de 10 horas.

La ofensiva, que se alargó desde las dos de la mañana hasta el mediodía, fue considerada por los vecinos de la zona como «la peor» desde el inicio de la masacre, que ya se ha cobrado más de 1.200 víctimas mortales en el bando palestino, de las que la mayoría son civiles y, más de una cuarta parte son niños. «Fue una noche llena de horror, angustia y pánico», fue como calificaron los testigos el bombardeo con disparos de artillería realizados desde barcos de guerra y desde el aire contra unos 150 objetivos en la franja. Uno de los puntos que buscaban derribar era la casa del líder de Hamas en Gaza, Ismail Haniya, quien no se encontraba en su vivienda en ese momento. Tampoco sus familiares estaban en el inmueble, que quedó completamente destrozado.

Además, a lo largo de la tarde, los ataques israelíes continuaron, cobrándose otra veintena de fallecidos. En la ofensiva vespertina, la única central eléctrica que tiene el enclave costero fue alcanzada por un proyectil, incendiando el lugar y provocando un corte de luz en el territorio palestino que afecta todavía a 1,8 millones de habitantes. Las llamas se extendieron a los tanques de combustible y, al cierre de esta edición, los bomberos intentaban sofocar el fuego.

La situación en la franja empeora por momentos y, por ello, ya hay más de 200.000 ciudadanos que se han visto obligados a buscar refugio en 85 instalaciones de la ONU desde que se iniciase la masacre, el pasado 8 de julio, tal y como explicó una portavoz de Naciones Unidas. El número de refugiados, apuntó, equivale a más del 10 por ciento de la población de Gaza.

Por otro lado, las sirenas de alarma volvieron a sonar en Tel Aviv, donde dos cohetes cayeron cerca de Rishon Lezion, al sudeste de la capital hebrea, sin que causasen daños personales.

Sin embargo, el Gobierno de Benjamin Netanyahu sí informó de que cinco soldados judíos murieron cerca de la comunidad de Nahal Oz, ubicada junto a la frontera con Palestina, después de que grupo de milicianos árabes alcanzasen suelo israelí a través de un túnel. Horas antes, el brazo armado de Hamas aseguró haber matado a 10 militares tras una operación de infiltración en las «líneas enemigas».

De este modo, en el bando hebreo han fallecido ya medio centenar de uniformados, todos ellos a partir del 17 de julio, cuando comenzó la operación terrestre,  y dos civiles.

Entre tanto, el movimiento islamista negó que la agrupación radical haya aceptado una tregua unilateral de 48 horas que entraría en vigor hoy, tal y como había informado antes un alto funcionario de la OLP. «Cuando tengamos el compromiso de Israel sobre un alto el fuego humanitario con garantías internacionales, entonces lo estudiaremos. Pero no declararemos un cese de las hostilidades mientras las fuerzas de ocupación están matando a nuestros niños», aseveró.